Cae más pronto un hablador que un cojo; ahora López Obrador pide que nos quedemos en casa; muestra gráfica de escenario desastroso
El mal ejemplo lo puso él, negándose a cancelar sus giras y dando de besos, abrazos y mordidas a su gente. Ahora que la realidad lo abofetea, ahora que ya hay 717 contagiados de coronavirus y la curva ascendente no cede, antes bien se vuelve más vertical; ahora que ya hay 12 muertos y la cifra habrá de aumentar; ahora que hay 2 mil 475 sospechosos de contagio; ahora que las encuestas dicen que menos del 50 por ciento de los mexicanos lo respalda, entonces el presidente pide que nos quedemos en casa:
José Rubén Mendoza Hernández, comisionado del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) renunció por “motivos personales” y por así convenir a sus intereses. De la misma manera Arturo Mariscal renunció “voluntariamente” al cargo que tenía al interior del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI). Se repite en el IVAI lo que sucedió en la Fiscalía General del Estado, donde tan pronto llegó la fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns, se puso a trapear por orden de Éric Patrocinio Cisneros Burgos. Salieron órdenes de aprehensión en contra de todo lo que se moviera.
A nuestra redacción llegó una queja de varios trabajadores del nivel de Telebachillerato, quienes señalan que la Directora General de Telebachillerato, Irais Dalila Reyes Cruz, quien, incumpliendo las sugerencias del gobierno federal, obliga a los empleados de esta dependencia, a seguir laborando, cuando es bien sabido que el propio presidente de la república ha señalado que no se debe de exponer de más a los trabajadores.
La vida es sueño es una obra de teatro de Pedro Calderón de la Barca estrenada en 1635 y pertenece al movimiento literario del barroco. El tema central es la libertad del ser humano para configurar su vida, sin dejarse llevar por un supuesto destino. Por eso el autor decía, “la vida es un sueño, y los sueños, sueños son.” Y tal pareciera que los que tienen la rienda del gobierno del Estado de Veracruz se la pasan soñando.
Las semanas anteriores en presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo dando malos ejemplos sobre cómo lidiar con el coronavirus. No sólo permitía las congregaciones de masas cuando en otros países se restringía la reunión de más de 50 personas; no sólo se dejaba abrazar, sino que besaba y hasta mordía los cachetes de las niñas, que porque se las quería comer a besos; no sólo salía con sus estampitas de “Detente”, haciendo creer que eso lo hacía inmune al virus Covid-19; no sólo el domingo 22 de marzo, un día antes de que México entrara a fase dos, siguió recomendando llevar a la familia a los restaurantes.
El periódico The New York Times reporta que los estadounidenses de origen asiático que residen den la Unión Americana tienen que lidiar con dos problemas. Uno es el mismo coronavirus que está infectando a miles de norteamericanos y otro problema es el racismo de una población a la que están enseñando que el Covid-19 es un “virus chino”. Al menos el presidente Donald Trump y su gabinete así lo llaman.
El 9 de octubre de 2019 el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información revocó la decisión de la Contraloría General del Estado de no dar a conocer información del entonces primo hermano de Cuitláhuac García, Eleazar Guerrero, el “Javier Duarte” de este sexenio.
El primer director del Instituto Veracruzano del Deporte del sexenio de Cuitláhuac García fue David Pérez Medellín, quien a principios de junio de 2019 fue destituido por decisión del propio Cuitláhuac García, según él. A Pérez Medellín lo sustituye en el cargo Víctor Iván Domínguez; el 11 de junio de 2019 el propio Zenyazen Escobar le da su nombramiento. Nueve meses después, aludiendo motivos personales, Víctor Iván Domínguez es destituido, aunque él dice que fue su decisión: “Por motivos personales he presentado mi renuncia como director del Instituto Veracruzano del Deporte.