Pásala y La Prensa, los medios que publicaron las fotos de Íngrid desollada; «Inge filetea a su novia». Feministas amenazan con visitar sus oficinas
Gran indignación ha causado el hecho de que algunos medios impresos se atrevieran a publicar imágenes del cuerpo de Íngrid Escamilla desollado. La filtración de esas fotos por parte de autoridades de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Fiscalía de la CDMX ya se está investigando. Los medios impresos que publicaron esas fotos ya han sufrido la sanción de las redes sociales, quienes califican su acción como una indecencia. Pero no sólo publicaron las fotos, sino que además buscaron trivializar el crimen con titulares como: «Inge filetea a su novia»; «La culpa la tuvo cupido».
No puede ser tan difícil de dar con las personas que filtraron las fotos de Ingrid Escamilla, quien fuera asesinada por su pareja y después desollada. Las fotos del cuerpo de Ingrid ya desollado circularon en algunos medios informativos y en redes sociales. La Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía de la Ciudad de México deben saber quiénes fueron los empleados de esas dependencias que acudieron al lugar del crimen con sus cámaras. Tampoco debe ser muy difícil saber quiénes tuvieron en su custodia dicho material.
El regañado secretario de Gobierno, el bajacaliforniano Éric Cisneros Burgos, publicó en su cuenta de Facebook que anda en una Caravana Cultural en Villa Juanita, municipio de Juan Rodríguez Clara. De inmediato lo corrigieron diciendo que Villa Juanita es municipio de San Juan Evangelista. Pero ese error se puede pasar, pues el señor es más bajacaliforniano que veracruzano. Sin embargo, cuanta estulticia la de Xóchitl Arbesú, secretaria de Turismo de Veracruz, una mujer que ya es la burla de todos.
No se desespere, sólo faltan poco más de 10 meses para que el desabasto de medicinas en los hospitales se solucione. Al menos eso es lo que ha anunciado el presidente López Obrador, lo que da la pauta a los funcionarios de salud estatales para que arguyan una justificación ideal ante el reclamo que les puedan hacer los padres de familia. Al menos el presidente reconoce de facto que el problema de desabasto de medicamentos no está solucionado.
Juan Manuel del Castillo hasta hace unos meses supo jugar sus cartas. Se había mantenido de bajo perfil, siendo que él, junto con Vicente Benítez, el señor de las maletas en Toluca, fueron mano derecha e izquierda de Javier Duarte, al menos antes de que el exgobernador conociera a Moisés Mansur Cysneiros. Del Castillo y Benítez eran los operadores de Duarte, los que le manejaban el dinero. Historias oscuras se ciernen sobre estos dos personajes, como esos aljibes llenos de cajas de huevo repletas de billetes de 200 pesos. Los dos excolaboradores de Duarte consiguieron durante el gobierno de Yunes Linares, diputaciones que les brindaron fuero; desde ahí operaron comprando con dinero todo lo que se pudiera comprar.
Ciudadanos de Ciudad Isla, Veracruz primero se manifestaron para reclamar por los abusos de las fuerzas de seguridad que rondan en la zona. Acusan que miembros de la Fuerza Civil han agredido a algunos ciudadanos sin razón. Otros señalan el reciente caso de una persona que fue intervenida por elementos de la Fuerza Civil, pero que al día siguiente fue encontrado muerto. En los carteles que estos manifestantes mostraban se leía: «Ahora ya no sabemos de quien cuidarnos, si del gobierno o de los cárteles».
Circulan fuertes imágenes de Íngrid, la mujer que fue asesinada y desollada por su esposo en la alcaldía Gustavo A. Madero. Las imágenes que han subido del cadáver de Íngrid en las redes sociales han creado polémica e indignación en la gente. Para muchos el hecho de circular esas imágenes es una ofensa a su memoria. A sus veinticinco años de edad a Íngrid le arrebataron la vida de la peor manera. Una fuerte discusión entre ella y su pareja llevó al asesinato de esta joven mujer.
El día lunes se reportaba que trabajadores de distintas dependencias estatales tomaron la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan). Antes habían protestado frente a Palacio de Gobierno para exigir la asignación de la clave sindical para 170 empleados, pero nadie les hizo caso. Entre los manifestantes había de integrantes del Sindicato de Empleados del Poder Ejecutivo de Veracruz (SEPEV), los cuales dicen haber laborado durante 30 años y siguen siendo considerados como trabajadores de confianza. Por supuesto, el gobierno de Cuitláhuac García no ha querido dialogar con ellos, antes bien los han desoído.
En México se usa la frase «se está amarrando el dedo», ésta se refiere a que alguien con conocimiento de causa, se anticipa antes de que venga una denuncia o las consecuencias. Resulta preocupante la declaración que hace el secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar, de que la dependencia que él preside, en unos cuantos días denunciará por actos de corrupción a sus propios compañeros de trabajo que él mismo impulsó y colocó en lugares claves de esta dependencia. Se sabe que el asunto ya está en oídos del propio mandatario estatal.