¿De qué murieron los quemados? Mario Raúl Mijares, en el oxímoron de su estulticia. Habla de ataques anónimos, pero dice conocer sus nombres
Un servidor, director del portal Libertad bajo Palabra, siempre ha firmado todos sus artículos; nunca he publicado artículos de manera anónima. Antes bien, he sido atacado de manera anónima por diversos actores políticos que poco, o ningún daño, han causado a mi reputación. El anonimato me parece un acto cobarde, vil, digno de escorias cretinas que, incapaces de mirarte de frente, quieren derribarte para que los veas a su altura, el suelo. Hace unos días publiqué en LBP dos notas editoriales sobre lo que está ocurriendo en el Colegio de Veracruz, donde su rector, el insulso Mario Raúl Mijares, ese que me andaba persiguiendo por el estacionamiento de RTV con su librito para conseguirle una entrevista con Jorge Saldaña, está repartiendo maestrías como si de empanadas de picadillo se tratara.