Penacho de Moctezuma, bronca con Blinken, Guardería ABC, los desesperados esfuerzos por hacer que se nos olvide la Casa Gris de José Ramón López Beltrán
Dicen que el presidente de México es capaz de pedir a los gringos que nos devuelvan Texas, todo con tal de conseguir que los mexicanos se distraigan y dejen de pensar en la Casa Gris de su hijo en Houston. Desesperado porque todos los días en las redes sociales #JoséRamónLópezBeltrán es tendencia, el presidente de México busca la manera de distraer la atención hacia otra cosa. Es por ello que ya se peleó con Anthony Blinken, el secretario de Estado norteamericano al que acusó de injerencia.
López Obrador, quien vive en el «país del nunca jamás», pensó que el gobierno de los Estados Unidos no habría de contestar a sus bravatas. Después de que el jefe de Estado Anthony Blinken declarara que le preocupa el asesinato de periodistas en nuestro país, el presidente de México le contestó de manera poco diplomática: «Pedirle de favor que se informe y que no actúen de manera injerencista porque México no es colonia de Estados Unidos, ni es un protectorado. México es un país libre, independiente y soberano». ¿En qué momento la preocupación del secretario de Estado puede ser un acto de injerencia?
El presidente se ha llenado la boca diciendo que sus hijos no tienen influencia en su gobierno. El presidente ha dicho que en su gobierno se ha erradicado el nepotismo y el influyentismo. El presidente hasta ha llorado por sus hijos, a quienes se pretende “empuercar” en actos de corrupción. Sin embargo, si no hay nepotismo ni infliyentismo, ¿quién es José Eduardo Beltrán, “El Chelalo”? ¿Quién es Abraham David Alipi?
Se mira el corrupto en un espejo y se pregunta: ¿Eres corrupto? El corrupto se contesta a sí mismo, «no, no eres corrupto, eres honesto, honorable». Eso es precisamente Baker Hughes, quien se mandó a investigar a sí mismo para saber si había corrupción en el tema de la Casa Gris de José Ramón López Beltrán, casa que le “rentara” un ejecutivo de la petrolera y que curiosamente, gracias a ello, la empresa empezó a quintuplicar los contratos con Pemex. ¿Cuál fue el dictamen de Baker Hughes?
Si los maestros creyeron que con la llegada de la 4T al poder ya iba a haber democracia en el SNTE, déjenme decirles que se equivocaron. La ratificación por parte del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, por la designación de secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), que estaba vacante desde el 16 de octubre de 2019, mediante elección electrónica el pasado 31 de enero, resulta una mala señal. Se recordará que los candidatos participantes del STPRM denunciaron que el extesorero de Carlos Romero Deschamps era trabajador de confianza, sin embargo el CFCRL informó que «no aportaron elementos suficientes para acreditar la duda razonable sobre el resultado de la elección».
Capulina se mete en todo lo que no le importa. Ayuda a una anciana a subir a un camión que no es el que espera, vende billetes de lotería de un vendedor enfermo, pero los pierde por ver un accidente automovilístico donde atestigua contra la víctima y consuela a un niño llorón, pero queda como raptor y pone en mal a la madre. Esa es parte de la película El metiche, filmada en el año 1970 e interpretada por Gaspar Henaine, mejor conocido como Capulina. Pues las palabras dichas por el presidente López Obrador esta mañana contra el senador republicano estadounidense Ted Cruz, a quien calificó de un metiche que auspicia la discordia, nos hizo recordar esta película.
Sin tener méritos, a Sofía Martínez Huerta la encarrilaron para que buscara la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. Ya estando en el cargo, le quisieron imponer a todo el personal empezando por la administradora. La señora Sofía Martínez Huerta no entendió que la pusieron ahí como un títere, por lo cual, no tenía derecho a operar con la gente de su confianza. Cuando se quiso revelar, todo el poder del Estado se le fue encima. El Congreso, la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Seguridad Pública y hasta el propio personal del Tribunal Superior de Justicia.