Un día antes de ser asesinado Hipólito Mora, fundador de las autodefensas en Michoacán denunció que los grupos del narcotráfico tienen controlado todos los ámbitos de la vida en muchas comunidades; desde los productos que compran hasta los lugares en que trabajan. Un día después lo acribillaron. El ataque duró más de media hora, todo el pueblo de La Ruana escuchó el ataque. No así la Guardia Nacional que tiene su base a 10 minutos de donde fue el crimen. Julio César Acosta Grajeda es activista y administra una página de denuncia en Facebook (Resistencia Civil Pacífica Apatzingán). Mientras el gobernador Ramírez Bedolla, señalado de estar coludido con los narcos, cenaba, Julio César Acosta transmitía en vivo para sus redes.
En su transmisión hacía la siguiente denuncia: «El 27 de junio pasado, fui víctima de un posible atentado; de un posible levantón. Ahí a mi casa llegaron unas camionetas, con la intención de privarme de mi libertad (…) Yo no tengo problemas con nadie, más que con Chucho Rangel, director municipal de Seguridad Pública y el presidente municipal, que es a los que he confrontado y es a quienes le he exhibido la corrupción».
Después de terminar su transmisión un grupo de sicarios lo alcanzó y lo acribilló. Lo balearon en la cara, el cuello y la pierna. Fue entonces que siguió grabando: «Amigo. Pasó lo que tenía que pasar. Puta madre, me pegaron. ¡Ayúdenme; ayúdenme! Mi gente, aquí estoy. Vinieron del gobierno. Si vieron que mandaron al gobierno. Es el mensaje del gobierno. Perdónenme. A mi familia no la dejen sola, por favor. Cuiden a mi familia; a mis hijos los amo mucho, los adoro. ¡Ayúdenme, por favor!», dice el joven, mientras cae al piso». Julio César Acosta, cuando era llevado en una ambulancia gritó: «Fue el gobernador y fue José Luis Cruz Lucatero y fue Chucho Rangel».
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