La Jornada recibe más dinero que Tv Azteca del gobierno federal. 148 millones de pesos tan sólo en 2022
Con razón la asistente de Carmen Lira, directora del periódico La Jornada tiene una casa que puede alojar a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente de México, quien está acostumbrado a residencias tipo Houston. De acuerdo con datos difundidos por Artículo 19 La Jornada recibió tan sólo en 2022 la cantidad de 148 millones de pesos, una cifra mayor los 137 millones de pesos que recibe TV Azteca de Ricardo Salinas Pliego. El informe señala que la empresa de medios que más dinero recibe del gobierno de López Obrador es Televisa, quien en 2022 recibió 154 millones 640 mil pesos.
Quien debería estar haciendo promoción de los candidatos de Morena a la presidencia de la república es el Dr. Hugo López-Gatell, encargado del manejo de la pandemia en México. De acuerdo con datos del Conacyt, en México hubo 333 mil 908 personas fallecidas por coronavirus; la Organización Mundial de la Salud calcula que en realidad fue el doble de muertos, más de 600 mil. ¿Quién fue el responsable de todas estas muertes? Pues el encargado del control de la pandemia, el “carismático” Hugo López-Gatell; dijimos responsable, no culpable.
Después de ser un senador congruente y haberse ganado el respeto por ello, el coordinador de la bancada morenista, Ricardo Monreal, cambia el discurso de mesura y respeto a las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y como fiel cancerbero de la 4T, ahora sala con la bravata y amenaza con abrir un juicio político en contra de los ministros que estuvieron en contra del proyecto del Plan B.
Ricardo Monreal, el “patito feo” de las corcholatas presidenciales, después del espaldarazo que le diera el presidente López Obrador, ya se siente un cisne. Es por ello que, complaciendo el humor de su presidente ha advertido que el Senado podría iniciar un juicio político en contra de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esto como revancha por haberles echado abajo el Plan B de su reforma electoral. Para conseguir esto el Senado requiere al menos tres cuartas partes de los senadores, para que voten a favor del juicio político. Si Morena quisiera esas tres cuartas partes deberá tener de su lado a los senadores de Movimiento Ciudadano a su favor.
Está desatado, como fiera herida por que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no aprueban sus caprichos, los echan abajo. La Suprema Corte echó abajo el paso de la Guardia Nacional bajo la tutela administrativa del Ejército. Pero también echó abajo la primera parte del Plan B. López Obrador sabe que la SCJN es una barrera contra la que no ha podido, pues mientras haga mal las cosas y pretende imponer su ley, siempre tendrá a los ministros para corregirlos. Es por ello que el afán del presidente de México es denigrar lo más que se pueda a la institución judicial.
«No soy un hombre de rencores, soy un hombre feliz», dijo en alguna ocasión el presidente López Obrador. Sin embargo, el tiempo que Andrés Manuel López Obrador ha estado gobernando el país nos demuestran lo contrario. Como Pedro Páramo, el de Juan Rulfo, López Obrador es un rencor vivo. Todo aquello que le causó daño, voluntario o involuntario, en el pasado es motivo para llevar a cabo una venganza desde la Presidencia.
En un principio Ricardo Monreal celebró la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de tomar decisiones autónomas. Sin embargo, repentinamente, al día siguiente el senador Monreal sacó la espada y se fue con todo contra la SCJN, argumentando que los ministros están llenos de privilegios. Ricardo Monreal enumeró 40 privilegios, entre los que anotó los sueldos exorbitantes, aguinaldos, primas vacacionales, los seguros de vida y hasta la papelería personalizada.
Cuando las cosas se hacen al madrazo, tenga por seguro que saldrán mal. La premura y la consigna en muchas ocasiones provocan errores sustanciales. Eso fue precisamente lo que les pasó a los diputados de Morena con el Plan B, con tal de quedar bien con el presidente López Obrador, creyeron que no era importante discutirlo en tiempo y forma. Su soberbia les impidió sentarse con la oposición. En otras palabras, los morenistas se pasaron las reglas de deliberación democrática por el arco del triunfo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador les dio línea a todos. Diputados de Morena, líderes de Morena, funcionarios públicos, gobernadores de Morena y hasta diputadas advenedizas tenían que repetir lo mismo: «La corrupta Suprema Corte de Justicia de la Nación está invadiendo atribuciones del Congreso, cuyos diputados fueron elegidos por el pueblo». De una o de otra manera, todos repitieron lo mismo. En Veracruz no faltaron los rebuznos. Primero fue el gobernador Cuitláhuac García, que en eso de rebuznos todos los días afina la garganta.