En Santiago de Chile, no hay quien se acuerde de la democracia, libertades, derechos y justicia. Circula un vídeo donde se ve a unos policías antimotines llamados robocops o carabineros, en medio de las manifestaciones realizando una violenta detención a una joven, a una niña. La joven es detenida por este grupo de policías a la fuerza, quien grita que no ha hecho nada, que la suelten. Entre forcejeos, la muchacha grita desesperadamente “papá… papá, donde estás papá”; los robocops la empiezan a llevar hacía la patrulla sin importarles nada.
En el video se ve cuando, de repente, un señor de edad avanzada se abre paso a la fuerza en la multitud, con esfuerzos se acerca y les dice a los carabineros que es su hija, que la suelten a lo que también es detenido con violencia. El señor se abalanza sobre los carabineros y sobre su hija y la abraza con ternura.
Ambos son detenidos por estos policías, pero en el video se deja ver el inmenso cariño del padre hacía su hija, en los ojos del padre se nota el dolor que su hija está sintiendo, en sus gestos se nota la represión que sufre ese país. La gente que está alrededor de este acontecimiento les empieza a gritar a los robocops que él es el papá, que lo suelten junto con su hija, que no sean ingratos, más los robocops terminan por subirlos a la patrulla sin tener misericordia del dolor que el padre está sintiendo.
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