López Obrador no deja de sangrar por las heridas. Sangra por reportajes de Loret de Mola, sangra por fracaso de su reforma eléctrica
El presidente López Obrador tiene problemas de coagulación. Y es que cuando sufre una herida sangra continuamente sin que se pueda detener el sangrado. Sangra por la herida cada que ataca a Carlos Loret de Mola, quien reveló varios actos de corrupción en los que se ven involucrados sus hermanos y hasta su hijo José Ramón López Beltrán. No hay día que no hable de la riqueza de Loret de Mola, pretendiendo con ello acallar el pregón de la riqueza inexplicable de su hijo. Después de la derrota sufrida en el Congreso, en el que su reforma eléctrica fue rechazada, el presidente se lanza en contra de las empresas trasnacionales que dice él, lucran con nuestra energía.