Flavino le vio la cara a los 46 alcaldes priistas con los que se reunió; les dio puro “dedo”
Los alcaldes priistas que se reunieran con Flavino Ríos Alvarado la tarde del 31 de octubre, lo hicieron con la intención de simular que el Gobierno del estado tiene voluntad y dinero para quedar bien con los que prefieren el diálogo y no la toma de Palacio. Los alcaldes priistas salieron de ahí con la promesa de que el jueves 3 de noviembre recibirían una parte del pago que les correspondía, «una limosna» dijo el alcalde de Boca del Río en su momento.
Pues aunque le sirvieron de comparsa al gobernador interino, aunque se portaron sumisos y agachones, la Secretaría de Finanzas no cumplió con el pago y les dio puro “dedo” a estos alcaldes; “dedo” que podrán usar ya sea para chuparlo o para metérselo, como dice una querida magistrada, por donde el cuerpo se les hace remolino. Jajajaja, ¡qué manera de verles la cara!
Y entre los alcaldes que vienen a reclamar el pago de sus participaciones atrasadas, además de las cuentas pendientes en el Orfis, más de uno trae sus propias pillerías a cuestas. Tal es el caso de los alcaldes de Banderilla y Agua Dulce.
La letra de la canción Mi ranchito del compositor Jesús Sauceda bien podría describir la situación del peor ladrón que ha tenido Veracruz como gobernador. Ésta dice: «Allá atrás de la montaña, donde temprano se oculta el sol. Quedó mi ranchito triste y abandonada ya mi labor».
El vengador anónimo, al ver que escapaban los rateros que antes habían despojado a los pasajeros, se armó de valor, sacó su pistola nueve milímetros y comenzó a disparar; los ladrones, al ser tomados por sorpresa, le pidieron al chofer que abriera la puerta; al momento de abrirse a puerta de la unidad, los maleantes cayeron al piso sólo para ser rematados por el vengador anónimo.
Una buena noticia en medio de tanta mala noticia. El partido Cardenista, propiedad de Antonio Luna, el “diputado diabético”, y el partido AVE de Alfredo Tress perdieron su registro y ya no les vamos a dar dinero para que se mantengan. Como tampoco va a haber una Secretaría de Gobierno a la que acudan para pedir “chichi” a cada rato, seguramente se verán obligados a buscarse una manera honrada de ganarse el sustento.
Otra de las crisis que está a punto de estallar, sino es que ya estalló, es la parte de rentas en los diferentes edificios donde están las oficinas descentralizadas de gobierno. En este ramo se dio también una gran corrupción, pues los secretarios de gabinete, directores y administrativos contrataron rentas muy por encima del costo de cada inmueble. Rentas que van de los 100 mil pesos mensuales y hasta 200 mil pesos mensuales.
Y él decía que no tenía propiedades, decía que sólo dos casas, dos autos y una cuenta en Banorte. ¡Qué poca madre de sujeto! No se había visto semejante vileza en este país. Ahora se han descubierto las propiedades que tiene en España a nombre de su hermano Daniel Duarte de Ochoa: un hotel y dos departamentos en zonas exclusivas de Bilbao. Pero el cínico de Javier Duarte decía que no tenía propiedades en el extranjero.
En lo referente a las participaciones federales, ya salió el peine: la justificación para retener las participaciones federales a los alcaldes la autorizó la LXIII legislatura en diciembre del 2013. El principal impulsor de esta reforma fue nada menos que Juan Nicolás Callejas Arroyo y sus diputados de bancada. De manera que no andan tan perdidos los alcaldes que reclaman sus participaciones federales.
La vergonzosa derrota propinada por la alianza PAN-PRD al PRI el 5 de junio pasado, y su relego a tercera fuerza local, jamás se lo perdonarán Yunes Linares. Todavía no comienza a gobernar Yunes Linares y ya se vislumbra la mezquindad y pichicatería de lo que se dejará venir para el Estado de Veracruz.
El gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, equivoca el camino nuevamente. Su reunión a modo con alcaldes de su propio partido para tratar de aminorar el impacto a nivel nacional, sólo polariza las posiciones políticas. La injerencia de los senadores del PRI no es menos afortunada, deberían recordar que tanto Flavino Ríos como los senadores deben ejercer sus funciones sin tintes partidistas.