Quien crea que aprobando el dichoso Plan B (electoral), el presidente López Obrador ya se habrá salido con la suya, sencillamente está viviendo en el error. Lo cierto es que la oposición tiene muchas posibilidades de sepultar este mamotreto electoral en el campo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) o en todo caso, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Y es que, mientras los senadores morenos y sus socios satélites preparan la artillería para aprobar la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, en cuanto empiece el periodo ordinario de sesiones —el próximo miércoles—, la oposición tiene ya preparado un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para frenarla. Se sabe que en el búnker morenista existen ciertas reservas, sobre todo, desde que en la cabeza de la Suprema Corte de Justicia se encuentra la ministra Norma Lucía Piña Hernández.
En ese tenor, la legisladora priista Claudia Anaya advirtió que, aunque Morena y sus aliados aprueben la reforma que contiene los principales puntos del llamado Plan B, los senadores de su partido y del PAN, MC y PRD la controvertirán ante la SCJN. De modo que, como diría el recordado Pedro Septíen: esto se acaba, hasta que se acaba.
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