Y que esperaba usted que dijera un político que se disfrazaba de payaso cuando le preguntaron si su secretario de Gobierno se estaba promocionando en el Congreso Local para sucederlo en su puesto como gobernador. Desde luego que, de acuerdo al espíritu chabacano del primer mandatario local, éste tenía que justificar su postura egocéntrica. Los veracruzanos conocen muy bien cómo se las gasta Éric Cisneros, un sujeto que tiene intereses velados y que se bronquea con todos y que, sobre todo, busca tener más poder.
Así lo han manifestado varios alcaldes que saben que, si no jalan parejo con el segundo a bordo, tendrán dificultades. Por cierto, el Ejecutivo local señaló que son cuatro años de buenos resultados, resultados que los veracruzanos no alcanzan a ver aún.
Por el momento, tanto el gobernador y el secretario de Gobierno siguen viviendo y disfrutando de su mundo de caramelo, mientras los veracruzanos están a la buena de Dios.
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