La corrupción está en la sangre de Fidel Kuri, exdiputado del PRI, exdueño de los Tiburones Rojos de Veracruz. Fue por ello que consiguió mucho, pero fue por ello que también se acarreó muchos problemas. Primero con los jugadores del equipo Tiburones Rojos, a los que les dejó de pagar, por lo que el equipó al final se vino a pique. Tuvo problemas con el gobierno de Veracruz, pero lo más grave fue tener problemas con Ricardo Salinas Pliego, uno de los empresarios consentidos de la 4T, a quien López Obrador le permite hasta que insulte a sus secuaces.
Sale Fidel Kuri de la prisión después de que lo anunciara en redes sociales. Un juez le concedió libertad condicional.
Deberá llevar un brazalete rastreador, deberá tener una casa en el Estado de México; ya antes aportó una fianza de 20 millones de pesos. Sale Fidel Kuri de prisión y no se espera que se porte bien, porque el señor no sabe de eso, sólo sabe de hacer dinero, a la buena o a la mala. Sale y dice que le va a devolver los Tiburones Rojos a los aficionados de Veracruz. Allá el gobierno si lo deja meter las manos en un equipo que terminó destruyendo.
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