En nuestro país, cuando se usa el dicho «es la misma gata pero revolcada», se refiere a que es más de lo mismo, sólo que con diferente presentación o que es la misma historia, pero con diferentes palabras. Tal parece que el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, se siente un jurisconsulto muy avezado, pues ahora, como un prestigiador de feria de rancho, sale con su “jalada” al presentar una iniciativa por la cual transforma a la actual Secretaría de Fiscalización del Congreso en una Unidad Técnica de Evaluación, Fiscalización y Control con mayores atribuciones, supuestamente para coadyuvar en el quehacer de la Comisión Permanente de Vigilancia.
En otras palabras, es lo mismo pero con una capa de pintura. Y es que, cuando esté personaje habla de la prevención y combate a la corrupción, seguramente se muerde la lengua, ya que es una verdad a voces de que al Jucopo le encanta la “lana”, sobre todo cuando no es suya.
Por cierto, para darle crédito a su flamante propuesta, el diputado plantea incorporar en el texto de los ordenamientos sujetos a la presente propuesta, un mandato al legislador, en el sentido de establecer una Unidad Técnica de Evaluación, Fiscalización y Control de la Comisión Permanente de Vigilancia, dentro del Congreso del Estado, que coadyuve con esa comisión en la coordinación, fiscalización, vigilancia y evaluación permanentes sobre el desempeño del Órgano de Fiscalización Superior del Estado, tal y como en la actualidad acontece entre la Cámara de Diputados y la Auditoría Superior de la Federación. Lo que esté señor no aclara es que el encargado de este mamotreto, deberá tener su consentimiento. Así se las gasta este diputado.
Comentarios