La que en estos momentos se encuentra deshojando la margarita y llorando a moco tendido por los enroques y caminos que está haciendo el presidente de México, es Claudia Sheinbaum, quien percibe que estos cambios son para reforzar el equipo del paisano de su mecenas. Y es que, a pesar de los yerros en la forma de gobernar del presidente, nadie duda de que el Ejecutivo federal tiene un colmillo muy retorcido cuando se trata de artimañas electorales.
Y es que uno no se explica cómo, después de estar cuatro años trabajando con bajo perfil, de buenas a primeras Adán Augusto López Hernández se convirtió en el poderoso secretario de Gobernación, y la cereza del pastel es su encartamiento como “corcholata” para disputar la grande del 2024.
Muchos analistas saben que en política nada es casual ni fortuito, por tal razón la llegada de César Yáñez como subsecretario de Gobernación, quien ha sido uno de los principales asesores y operadores políticos del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha levantado suspicacias en el búnker de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Ni hablar, tal parece que el presidente ya se dio cuenta que, con Claudia Sheinbaum, será más difícil que su proyecto tenga continuidad.
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