La historia de Herber Rafael Galán y la de su hermano José Antonio es una muestra palpable del peligro que corre la ciudadanía con un delito arbitrario, como ultrajes a la autoridad, en manos de unos policías corruptos, una Fiscalía corrupta y un gobernador estulto. Herber Rafael Galán ganó el pleito a una cementera que estaba usando un terreno baldío de su propiedad como patio. La cementera se coludió con los policías que acudieron a ver a Herber y a su hermano y, a pesar de estar en el predio de su propiedad, les exigieron que se identificaran, les quisieron sembrar droga y los acusaron de haberlos agredido con machetes.
Todo resultó ser falso. La policía corrupta estaba al servicio de un particular que quería robarse el predio de los hermanos. A Herber y a su hermano les aplicaron ultrajes a la autoridad, y desde hace meses los tuvieron presos. Esos son los “delincuentes” que el estulto gobernador Cuitláhuac García no quería dejar libres.
Afortunadamente el delito de ultrajes a la autoridad fue derogado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que Herber pudo ser amparado, y a pesar de que los corruptos fiscales insistían en mantenerlo preso, la jueza se sujetó al orden superior de derogación de ultrajes a la autoridad y lo liberó. Herber Rafael Galán es el primer caso de un liberado después de que la SCJN derogó el delito de ultrajes a la libertad, pero como el caso de él, cientos.
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