Ya solo resta esperar el 2024

2024
Ceremonia de Consumación de la Independencia de México FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Hay días que tengo la impresión que el sexenio de López Obrador terminó, ya no hay nada que hacer salvo pasar por las elecciones de las gubernaturas del próximo año, y de ahí, presentarnos a votar en el 2024.

Lo acumulado en los últimos meses solo son fracasos, cada día es más difícil ocultar la realidad para evadirla. La superioridad moral solo fue un pedestal de cartón que, con las primeras lluvias, se deshizo y los postró al ras del suelo, al mismo nivel de las miserias de otros que pretendieron lo mismo.

No hay forma de decirse el presidente más humanista del mundo y ver morir a miles de niños con cáncer por un desabasto de medicina que tu mismo provocaste. No existe la justificación para señalar con un dedo flamígero la corrupción del pasado al mismo tiempo que los mexicanos vimos como los hermanos, si, los hermanos del presidente, recibían sobres de dinero que provenían de forma ilícita de Chiapas, el estado más pobre y atrasado de nuestro país.

No encuentro la forma de restablecer la relación con las mujeres, cuando muchas lo veían como el presidente más feminista de la historia, el que rompería paradigmas y cambiaría todo, cuando ahora ni las ve ni las escucha, simplemente dejaron de existir para él.

La reconciliación de la comunidad científica y los académicos del país, esos que se entregaron sin concesión a la promesa de transformación, ahora perseguidos y señalados de traidores y criminales peligrosos que no merecen otra cosa que largas condenas en las peores prisiones del país.

El fracaso absoluto, total y completo en la estrategia del Dr. López Gatell, más de 600 mil muertos en nuestro país por COVID19. No puedo encontrar la forma de cuadrar sus números con el obsceno exceso de muertos reportado con cifras también oficiales.

Aún no tenemos los datos, pero los números en educación son terribles, millones de jóvenes que dejaron la escuela sin encontrar apoyo para poder incluirse en la virtualidad que nos obligaba la pandemia. Todos los olvidaron, simplemente no existían. Y era el gobierno donde supuestamente los pobres eran primero.

En Salud es aún peor, desmantelamos un sistema de vacunación universal que era ejemplo mundial, posiblemente el mejor. Se desmanteló porque el presidente no cree en la ciencia, prefiere “Los Detentes”. En un par de años empezaremos a ver indicadores en Salud que nos regresaran décadas de avance.

Seguridad, jamás fue la prioridad, lo importante era obtener el poder, sin pensar ni un momento las consecuencias de aliarse con impresentables y convenir con ellos lo inconfesable. Abrazos, no balazos, quedará como un cruel recordatorio por muchos años para millones de mexicanos.

Se necesita ser caradura para hablar de honestidad y estar junto a Manuel Bartlett, decirse respetuoso de la libertad de expresión y atacar todos los días a los que piensan distinto o dan una opinión que no se ajusta a la narrativa del gobierno.

La clase media está lastimada, nunca nos han respetado, eso es cierto, pero ni en los sexenios más demenciales nos habían atacado tanto. Ahora no solo no se nos respeta, ahora se nos agrede de aspiracionistas, individaulistas sin moral y decadentes.

Por no hablar de recibir tiranos dictadores que tienen a sus pueblos sin libertades mínimas y en la miseria absoluta e invitar a un represor como Díaz Canel a la fiesta más importante de México, el día que celebramos nuestra libertad como nación.

Ya no hay nada que hacer, por lo menos eso espero, porque si tienen pensado hacer algo más en estos tres años que le quedan, seguramente será peor que lo que ha hecho, y eso, eso es un terrible escenario.

Ya mejor que se dedique a hacer fiestas y carnavales en el zócalo, es donde menos daño hace.

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