La reanudación de las clases presenciales a nivel nacional a partir del lunes 30 de agosto, a pesar de que los contagios de covid-19 se incrementan en el país, la aprobaron la SEP y las 32 entidades del país durante la LIII Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu), que encabezó la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez. Estos a su vez la compartieron con los jefes de sector, inspectores escolares y directivos para que los maestros estuvieran enterados de que el regreso a clases el 30 de agosto, es inminente.
En esta misma reunión, también se acordó que el personal del sector educativo asistirá al plantel o centro de trabajo correspondiente respetando los protocolos de salud. Los Consejos Técnicos Escolares (CTE) y los Comités Participativos de Salud Escolar (CPSE) serán presenciales y organizarán las medidas de salud, limpieza e higiene, así como las actividades pedagógicas para el regreso a las actividades escolares en las aulas.
Sin embargo, hay un detalle que las autoridades federales y estatales no han considerado y es que aún hay mucha resistencia a regresar a clases de manera presencial por parte de muchos padres de familia y de la gran mayoría de los maestros. Si éstos conjuntan esfuerzos y determinan continuar las clases a distancia, el regreso se tendrá que posponer, muy a pesar del deseo, del propio presidente.
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