Dice el dicho, «más vale ser cabeza de ratón que cola de león». Pero Waltraud Martínez Olvera, titular de la Oficina del Programa de Gobierno, se siente la mano derecha de Cuitláhuac García. ¡Uta, qué orgullo! No se ha dado cuenta la señora Waltraud, cuyo nombre significa «resistencia a la regla», que el gobernador de Veracruz compite como uno de los más estultos gobernadores de la República. El día que anunció que uno de los grandes cambios de la 4T era que los baños de las gasolinerías ya no cobraban, el mismo Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita Zavala, lo nominó como una de las personas más estúpidas de Latinoamérica. Ah, pero la señora de nombre extranjero se siente orgullosa de ser la mano derecha de este nominado.
Por cierto, en un mensaje que le hicieran llegar a la periodista Claudia Guerrero, los trabajadores de la Oficina de Programa de Gobierno denunciaron lo siguiente: «En poco menos de tres años la dizque poderosa señora ha corrido y cambiado a su jefe de asesores, a su secretaria particular, a dos asesores, a una directora general, a cinco jefes de departamento, al encargado del Jurídico y ha tenido tres jefes de Unidad Administrativa y hasta tres titulares de la Unidad de Género, sin contar a todos los empleados corridos, incluyendo a una pobre compañera que tuvo por delito ser madre».
Ah, pero eso sí, la señora se nutre de frases célebres como esta: «No obligues a nadie a quedarse, mejor oblígalos a irse; quien insista en quedarse es quien vale la pena». Frase que ella atribuye a Roberto Matosas, pero que en realidad es una frase insustancial atribuida a Gabriel García Márquez. Hasta en eso se equivoca.
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