Desde que comenzó la pandemia, el maestro mexicano paga más en el recibo de la luz, el internet en el hogar se ve más saturado. Al estar más tiempo en casa, se consume más alimento y, por falta de ejercicio, algunos han subido de peso. Algunos tuvieron que comprar otra computadora o un teléfono celular de gama alta para que los hijos estén conectados en clases a distancia. Algunos enfermaron de covid-19 o algún familiar cercano, todo ello implica más gastos. Otros de manera ingenua le apostaron al incremento salarial de mayo, sin embargo, se toparon con pared cuando descubrieron que el SNTE sólo consiguió 3.4 por ciento directo al salario, esto equivale a 19 pesos diarios.
¡Vaya!, ni siquiera para un litro de leche en caja, que vale 22 pesos. Por este tipo de razones es que muchos maestros han dejado de creer en los líderes sindicales. Por otro lado, los líderes sindicales olvidan que las próximas elecciones para renovar la dirigencia nacional y las más de 60 secciones sindicales serán muy diferentes, ya no será por delegados maiceados, ahora el propio trabajador determinará, por voto secreto y universal, a quien le da el apoyo.
Por el momento, el maestro sólo observa cómo el SNTE pudo conseguir computadoras Lap Top para los trabajadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y un incremento del 3.9 por ciento. Por eso, como dicen las abuelas, o todos coludos o todos rabones.
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