Ni Mónica Robles ni Érika Ayala hicieron nada por Florisel Ríos, asesinada después del acoso gubernamental; ahora se hacen las víctimas

Robles
- en Avenida Principal, Carrusel

No era necesario tanto drama por parte de las diputadas y diputados del Congreso de Veracruz. Las diputadas de la presente Legislatura poco han hecho para erradicar la violencia de las mujeres en el estado. Estas diputadas del Congreso de Veracruz nunca reclamaron al gobernador por revictimizar a Florisel Ríos Delfín, alcaldesa de Jamapa que finalmente fue asesinada después del acoso del aparato gubernamental. Ni un reclamo escuchamos de Mónica Robles contra la actitud criminal del secretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos, quien le negó la protección a Florisel Ríos; tampoco Érika Ayala, quien permitió que su hijo, a la edad de 17 años, tuviese una plaza de profesor en el Cobaev, donde es dirigente sindical, dijo una sola palabra.

Y es que no es necesario tanto drama porque existe el derecho de réplica. Lo sabe muy bien Mónica Robles porque es parte de una familia de periodistas. Si en algún momento la señora diputada se siente agraviada por la publicación de un reportaje o nota informativa, debe dirigirse al medio que publicó eso para pedirle que corrija o que publique su versión; debe argumentar y mostrar su verdad.

Si la llaman narcotraficante, pues que exija las pruebas de esos dichos o que demande por daño moral. Pero vende más subirse a la tribuna con sus iguales, diputados de tercera (la Reina del Nepotismo por ejemplo) para leer un documento que despierte en los presentes un sentimiento de empatía. Sólo le faltó, a Mónica Robles, envolverse en la bandera de la “República de las Mujeres” y lanzarse desde lo alto del Castillo de Chapultepec.

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *