Los miembros de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas en Veracruz, CEAPP, dirán que sus logros han sido muchos, hablarán de sus grandes batallas, de sus sacrificios, de sus victorias pírricas; ellos creen que han recuperado los restos del naufragio, pero las tumbas de los periodistas muertos les dicen que no. Los funcionarios y exfuncionarios amenazan porque saben que no hay autoridad moral en una comisión de protección a periodistas que les recrimine su acción. El secretario de Gobierno le puede decir a la directora de un periódico, “El que se lleva se aguanta”, y no hay ninguna reconvención efectiva, una llamada de atención ante el funcionario que amenaza veladamente.
El secretario de Gobierno utiliza sicarios a sueldo para que a nombre suyo amenacen a periodistas críticos; tira la piedra y el muy cobarde esconde la mano. Y es precisamente Éric Cisneros, un peligro para el periodismo en Veracruz, el que decidirá quienes formarán parte de la nueva Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas; vaya absurdo.
Hace falta una CEAPP honoraria, una CEAPP que no reciba pago por parte del gobierno de Veracruz, una CEAPP comprometida con los verdaderos periodistas. De otra manera, la comisión para proteger a periodistas nunca funcionará. Imaginen que el secretario de Gobierno le da sus “coscorrones” a otro periodista. ¿Será capaz el comisionado de la CEAPP a enfrentarse al sujeto que le firma su cheque de pago?
Comentarios