Luis Ortiz Ramírez / Hace apenas unos días, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación abrió la puerta para que obtengan su registro tres fuerzas políticas. Una de ellas es Redes Sociales Progresistas (RSP), quien es presidido por Fernando González Sánchez, yerno de la maestra Elba Esther Gordillo. Otro es Partido Encuentro Solidario (PES), se recodará que antes, fue el desaparecido Partido Encuentro Social, su líder es Hugo Érick Flores Cervantes.
Y por último, Fuerza Social por México (FSM), organización ligada al líder obrero Pedro Haces Barba. En el camino se quedó Grupo Social Promotor por México, impulsado por Alfonso Cepeda Salas y miembros prominentes del SNTE. Los que también resintieron duro el golpe de la negativa, fueron la pareja compuesta por Felipe Calderón y Margarita Zavala, con su México Libre.
Lo que estos tres nuevos partidos deben de recordar es que en la próxima elección se renovaran 300 Diputaciones por el principio de mayoría relativa, 200 Diputaciones por representación proporcional, la renovación de varios congresos locales, además de 15 gubernaturas y miles de alcaldías con sus respectivas sindicaturas y regidurías. Sin embargo, estos tres nuevos partidos políticos participarán solos, no podrán hacer alianzas con ningún otro partido, ya que tendrán que comprobar ante la autoridad electoral, un mínimo del 3% de la votación, si no lo logran, será su única vez en que participaran ya que estarían perdiendo el registro.
Entonces, ¿Cuál será el secreto, para que RSP, PES Y FSM, puedan conseguir los suficientes votos para que puedan conservar el registro? De entrada los dirigentes de estas nuevas fuerzas deben de comprender perfectamente que las elecciones del 2021 será su prueba de fuego para conservas su permanencia, no es lo mismo juntar gente y afiliados a una asamblea, que demostrar el respaldo ciudadano en las urnas, no hay de otra, o juntan el 3 por ciento, o esta elección será su debut y despedida.
Si estos nuevos partidos copian y se conducen a la vieja usanza política del dedazo, privilegiando a candidatos que no tengan arraigo popular, tenga la certeza que su registro estaría sostenido por alfileres. Por otro lado, no se puede atomizar y etiquetar al recién nacido, el nuevo partido deberá contar con identidad propia, con un conjunto de ideas innovadoras que resulten atractivas al electorado.
No se le puede cerrar la puerta a nadie, es cierto que se debe convencer al elector al ras del suelo, no obstante, no se debe menospreciar a organizaciones ya establecidas como son los sindicatos y organizaciones gremiales.
Es cierto que más adelante se podrán aliar a los partidos más grandes y poderosos, no obstante, antes tendrán que escoger a los mejores hombres y mujeres que puedan garantizar el triunfo y la permanencia en el tablero político mexicano. Esa es la clave, para conservar el registro, recurrir a las bases y seleccionar a los mejores hombres y mujeres que garanticen el triunfo y la permanencia en el nuevo tablero político mexicano.
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