Una joven pareja de Kingwood en Texas iba saliendo de su clase de yoga para después retirarse a su casa. Entonces abrieron la puerta del auto y en ese momento un perro pitbull se subió al asiento delantero. Al principio la pareja tenía miedo, no sabían si el animal era fiero, si los atacaría o no. Lo llamaron, lo instaron a que se bajara, pero el perro no se bajó. Entonces le hablaron con amabilidad, le dieron un trozo de carne y un poco de agua; ambas cosas aceptó. Al parecer el perro andaba perdido, dando vueltas por ahí hasta que recibió un golpe de calor y buscó refugio en el auto.
El perro pasó al asiento trasero, y por más que le ofrecieron carne para que bajara, el animal no bajó del auto. Entonces la joven pareja decidió que se tenían que quedar con el perro; una vez que le pusieron nombre, Buddy, el perro ya era de la familia. «Siempre tuvo buena onda, se acostó y se quedó en el asiento de atrás… No sabíamos qué hacer así que nos tomamos el tiempo para hacerlo sentir cómodo». Por medio de Instagram subieron imágenes y videos del pitbull, para saber si alguien lo andaba buscando.
Entonces se enteraron que el perro había sido encontrado por una persona que estaba buscando un dueño para él, pero ella no lo consiguió. Buddy tuvo que salir y encontrarse a sus nuevos dueños. En una ocasión Buddy se perdió en el campo persiguiendo un ave, entonces lo buscaron hasta que una persona les avisó que lo habían encontrado. Cuando Buddy volvió a ver a la pareja se emocionó y entonces supo quiénes eran sus verdaderos dueños.
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