¿Es otra cloaca el Poder Judicial?

Magistrados
Edificio del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz FOTO: LA JORNADA VERACRUZ
- en Opinión

Irineo Domínguez Méndez / Doña “Chofi” no contaba con la astucia de los verdaderos magistrados; “hay rebelión en la granja”. Desde su propuesta como magistrada, la actual presidenta del poder judicial en Veracruz, fue cuestionada por la mayoría de integrantes de dicho poder y por las barras de abogados. Los primeros, con carrera judicial, al ser excluidos para ocupar tal cargo, junto con los segundos, señalaron a doña “Chofi” total inexperiencia. Otra coincidencia fue manifestar que la autonomía de este poder se violentaba una vez más; lo que se confirmó con su nombramiento como presidenta del Tribunal Superior de Justicia. Algunos de los que votaron a su favor, ahora “pegan de brincos”; los rebeldes reclaman pedazos del pastel y se exhiben como lo que son: antiéticos; con intereses muy personales.

La autonomía del poder judicial no existe; también se convirtió en un botín repartido entre el gobernante en turno y las primeras fuerzas que integran el poder legislativo. Los sujetos propuestos y aprobados para ser magistrados provienen de esos entes; el reparto queda “entre cuates”. Más, ahora, nadie imaginó que, togados propuestos en administraciones pasadas, se rebelarían al no deber favores al actual ejecutivo y diputados en funciones. Tal hecho no se debe a cuestiones éticas, sino todo lo contrario; acostumbrados al poder, ven sus intereses amenazados por los nuevos magistrados y los subordinados, quienes se apoderan de puestos claves sugeridos desde “el exterior” y que ellos tenían. Se percataron que la presidenta sirve a intereses ajenos al de los integrantes del Tribunal: a los del delegado federal, aceptando el llamado de su sangre y la subordinación que le debe al ejecutivo.

Varios magistrados, de los más antiguos en el puesto, son o fueron propuestos por el PRI o PAN, no le deben nada a los morenos; hasta podría decirse que son “autónomos”. Si aceptaron a “Chofi” y votaron por ella para que fuese la presidenta, fue por mantener la casa en paz; pero, con los nombramientos cuestionados en puestos clave de ese poder, se tocaron “cayos”. Parece que antes de su retiro, los rebeldes quieren asegurar su futuro colocando en tales puestos a sus incondicionales; pues, no se entiende la rebelión sin ese propósito.

Si las desavenencias continúan, se destaparía otra cloaca; sin excepción, todos los magistrados mostrarán su cola. Iniciaría el desazolve del poder judicial con señalamientos más claros de nepotismo; se sabe que este poder es patrimonio de familiares de los magistrados. La corrupción es otro tema que expone la verdadera faz de los responsables de impartir justicia; la que está a disposición de la mejor oferta, compadrazgos y de amiguismos.

Con “el retiro” voluntario de algunos magistrados, los próximos nombramientos harán que tenga mayoría el gobierno morenista en ese poder. La falta de liderazgo de “Chofi” sería subsanada un poco; sin significar ello subordinación de los rebeldes, éstos no tienen nada que perder y mucho que ganar. Por ejemplo, que no les ajusten más el presupuesto el próximo año y sigan gozando de las canonjías actuales.

Es el poder lo que está en juego, la política no es exclusiva del legislativo y ejecutivo. Como sabemos, el poder se gana y se puede heredar; en ese juego, también se gana mucho dinero, el cual, en ocasiones, resulta inconfesable su origen. Entonces, hay que ejercerlo para cubrir cualquier falla. ¿Cuál será la estrategia para someter a los rebeldes? Tal vez una similar a la federal. Recordemos lo que sucedió en el caso del “mochomo”, sujeto liberado por un acto de corrupción que, descubierto, coloca en línea de investigación a muchos magistrados y jueces. Ejemplo mayor lo representa el exmagistrado de la SCJN: Eduardo Medina Mora, quien recibió millonadas por trasferencias a sus cuentas bancarias en el Reino Unido y en Estado Unidos. ¿El gobierno local y fiscalía harán lo mismo en relación a los magistrados rebeldes y otras decenas de togados? ¡Aguas!

Otro sí digo. – Casi se cumple el plazo dado al congreso del Estado para reponer en su puesto al presidente de Actopan o al suplente. ¿Lo hará? Además, ¿los actos realizados por el presidente “interino” y cabildo quedarán anulados?, ¿Sigue en funciones el interino?

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