El Covid-19 vino con todo contra la Cuarta Transformación mexicana que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador. Llegó como la roca profética de Daniel que vino a golpear la gran estatua que representaba a los gobiernos mundiales. Esta pandemia ha demostrado que el gobierno del primer presidente morenista tiene los pies de barro como la imagen bíblica. Es cierto que los extremos y generalidades hacen que caigamos en conclusiones precipitadas, no obstante, debemos reconocer que AMLO llegó al poder mediante el sufragio de millones de mexicanos, pero también, debemos de reconocer que ha tomado decisiones equivocadas.
Muchos de sus seguidores no reconocen que la línea del paternalismo priista que durante muchos años sostuvo en el poder al PRI, hoy reencarna con un programa de asistencia social que quieran o no, tiene tintes electorales. Así como el PRI, que se valió durante décadas del voto verde, es decir de los campesinos, hoy el presidente morenista considera que con esas medidas pasará a la historia como un gran presidente.
No obstante, como ya lo dijimos, el coronavirus ha puesto contra la espada y la pared los sistemas de salud y, de refilón, le ha pegado a la política económica del presidente. El presidente López Obrador se encuentra ante una coyuntura histórica, dependerá mucho las decisiones que tome de aquí en adelante. De ello dependerá si pasa a ser un gran presidente o una gran decepción nacional.
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