Érika Ayala apela a la condición de mujer de la fiscal espuria; ella, es mujer y madre y es corrupta, pregunten por su hijo, el profesor de tiempo completo del Cobaev

Ayala
Érika Ayala Ríos FOTO: WEB

Cuando una política corrupta no tiene argumentos, como la Sor Juana veracruzana, se tira al suelo para que la levanten. Tal es el caso de Érika Ayala, la corrupta líder del sindicato del Colegio de Bachilleres de Veracruz, «yo, la peor de todas». La corrupta diputada apela a la condición de mujer de Verónica Hernández Giadáns y cita: «hombres necios que acusáis» a la fiscal espuria, «sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mucho que culpáis». Dice la corrupta líder: «La crítica y señalamientos serían menores, pues en política, siempre que una mujer alcanza un puesto de importancia, de inmediato son cuestionadas y criticadas con mayor severidad».

Lo que no entiende la señora, obnubilada por la corrupción, que aquí el problema no es la condición de mujer de Verónica Hernández Giadáns, sino su parentesco con una mujer ligada al narcotráfico, como es su prima Guadalupe Hernández Hervis, alías “La Jefa”. La condición de mujer es ajena a eso y lo que se hace no es criticar, sino señalar que no se puede confiar en una persona que debe procurar la justicia de un estado, pero que al mismo tiempo tiene familiaridad con una delincuente.

De igual manera, cuando se descubrió que Érika Ayala había otorgado una plaza de tiempo completo del Cobaev a su hijo Bryan Alexis de 17 años sin tener título universitario, tampoco nos referimos a su condición de mujer o a su papel como madre, sino a su protagonismo como líder de la corrupción. Érika Ayala sabe que la corrupción no distingue género.

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