Un gobierno que no trabaja no puede aspirar a brindar trabajo a sus gobernados. Veracruz pasa por una parálisis económica que se acrecienta ante la incapacidad del gobierno. No hay obra pública, no hay incentivos empresariales, no se ve voluntad de brindar apoyo a las pequeñas y medianas empresas, pero lo que sí hay es desempleo. De acuerdo con cifras de la organización “México cómo vamos” y con datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, en Veracruz se perdieron cinco mil 455 empleos, esto en el tercer trimestre del 2019. Si bien la cifra es menor a los empleos que se perdieron en el segundo trimestre de 2019, que fueron ocho mil 984, el dato es un tanto engañoso si se advierte que el empleo informal aumento al 61.7 por ciento.
Es decir, ante la incapacidad de este gobierno de brindar puestos de trabajo, de fomentar el empleo o de brindar incentivos a las empresas para que contraten personal o de brindar obra pública, los veracruzanos están optando por vérselas por ellos mismos accediendo al empleo informal que los deja en el desamparo de muchos beneficios sociales.
Si a todo esto sumáramos a los miles de jóvenes que participan en el proyecto Jóvenes Construyendo el Futuro y que en todo caso un buen porcentaje de esos estarían en el desempleo, las cifras serían más escandalosas. Por cierto, a quienes no les falta empleo es a los familiares de Eleazar Guerrero, el primo incómodo, ni a los parientes del gobernador ni a los parientes de Rosalinda Galindo, ni de otros funcionarios que ya pusieron a sus parientes en nómina.
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