Mientras Andrés Manuel López Obrador rendía su Primer Informe de Gobierno, en Tuxpan un joven de quince años andaba buscando sus manos. Un grupo del crimen organizado levantó a un joven de 15 años a quien acusaron de andar robando. Le cortaron las manos y lo cubrieron de pintura gris. Las manos las fueron a arrojar al boulevard Manuel Maples Arce frente a la escuela secundaria Técnica Industrial Número 2 de Tuxpan, Veracruz.
Mientras el presidente seguía pregonando “abrazos y no balazos”, los criminales se están erigiendo como jueces y verdugos, llevando a cabo juicios sumarios, sin necesidad de una defensa. En el cuerpo del menor dejaron el mensaje: “Esto me pasó por rata”. Las manos del joven ya no le podrán se implantadas, sólo se espera que el joven no pierda la vida, porque al cubrirlo de pintura le taparon los poros del cuerpo y al cortarle las manos se desangró.
Si bien esta acción de los criminales es completamente censurable, si debe llamar la atención a los jóvenes que se suman a estos grupos de delincuentes que se vuelven despiadados y que terminarán causandoles daño o la muerte.
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