Inicia un mes más. La mitad del año ha llegado y junto con ellas esperanzas que recrean el escenario para proseguir con nuestra carrera evolutiva dejando y creando un sinnúmero de páginas que a la postre ¡será nuestra historia!
Hoy somos triunfadores, agradecemos de ser bendecidos con la gracia de la vida.
Mientras redacto estas líneas me llega un pensamiento que se me quedó muy grabado y que lo pronunció mi amigo Armando Ortiz, durante la celebración del décimo aniversario del taller literario “Libertad bajo palabra”
Y es acerca del arte. Desde su punto de vista, el arte es la generosidad de quien lo comparte, es la forma de ver en nuestros semejantes la alegría de compaginar sentimientos que emergen de los que a través de sus dones escriben, pintan, cantan, y un sinnúmero de actividades que a la postre nos llenan del talento de cada uno de ellos.
El artista da todo de sí, se expresa, se proyecta mediante su capacidad y emplea suculentas formas de pasar a formar parte del corazón que lo recibe, es una doble bendición.
Percibir el arte depende de cada uno de nosotros, incluso nuestro estado emocional. Todos y cada uno de nosotros traemos un don que puede usarse para ayudar a los demás, generando el altruismo que tanto nos llena y nos deja la plenitud en nuestro ser.
El desprendimiento de lo que tenemos, sea poco, sea mucho para beneficiar a nuestro prójimo es la semilla que a la larga germinará de una forma noble en el vasto jardín de nuestra vida.
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes AC
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