Black Mirror es una de las series más inquietantes de los últimos años, una clara crítica a la sociedad moderna atrapada en los aparatos tecnológicos y listos para capturar en imagen o video cualquier momento de la vida sin importar si es agradable o trágico es pues, un reflejo de la deshumanización a la que nos enfrentamos y, el día de ayer en San Lázaro pudimos ver como la ficción puede superar a la realidad.
Lo decimos porque mientras la diputada federal Carmen Medel lloraba la muerte de su hija asesinada en Ciudad Mendoza, muchos de sus compañeros legisladores se limitaron a sacar sus teléfonos celulares y grabarla mientras ella estallaba en llanto, uno se pregunta ¿para qué lo hicieron? y la respuesta es muy simple, por el simple morbo de tener registrado el momento.
Quienes conozcan la serie recordarán el capitulo White Bear de la segunda temporada, en la que una mujer huye de un hombre que la persigue con una escopeta y los vecinos, en lugar de ayudarla, se limitan a grabarla a lo lejos, sin involucrarse, sin sentir el más mínimo pudor al sacar sus aparatos telefónicos con el único objetivo de conseguir el mejor ángulo, la mejor toma. Así es como ayer en la Cámara de Diputados federal pudimos ver como la realidad muchas veces puede superar a la ficción.
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