Una vez que Javier Duarte cayó en la cárcel, los veracruzanos voltearon la mirada hacía Londres, lugar donde se asiló Karime Macías, la que merece abundancia. En la investigación que se sigue a la banda de Javier Duarte siempre aparece el nombre de Karime Macías como el cerebro que comandaba todo. Karime Macías ensayó todo ese entramado de empresas fantasma en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF, donde era la presidenta honoraria. Para eso se consiguió a dos alfiles que participaron con ella en la tremenda defraudación. Uno fue Tarek Abdalá, quien llegó a ser el Tesorero de Javier Duarte, y el otro fue Juan Antonio Nemi Dib, quien llegó a ser secretario de Salud.
¿Qué tanto hicieron estos dos en el DIF junto con Karime que la primera dama los promovió a puestos de mucha relevancia? Eso sólo lo saben ellos tres. Es por eso que urge que se atrape a Toño Nemi para que, ante el temor de pasar muchos años en prisión, éste despepite todo sobre la participación de Karime Macías en el desfalco al estado de Veracruz.
Si la Procuraduría General de la República (PGR) quiere vincular a Karime con los delitos que se le imputan a Javier Duarte, la vía es Toño Nemi; si la Fiscalía de Veracruz quiere que el “cerebro” de las operaciones de lavado de dinero caiga en manos de la justicia, tiene que enfocar sus baterías para localizar y atrapar al prófugo de la justicia, Juan Antonio Nemi Dib.
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