Es lamentable que el periódico Oye Veracruz, que dirigiera nuestro amigo Santos Solís, salga de circulación. Su salida empobrece al periodismo veracruzano, pero al mismo tiempo debería ponerlo en alerta. Su salida también empobrece al mismo gobierno que sigue manteniendo su política de no brindar convenios a los medios veracruzanos. En algún momento los periodistas críticos celebramos la salida de esos medios de comunicación que se enriquecieron alabando a Javier Duarte y sus secuaces. Medios que se prestaron para una guerra infame cuyo objetivo era denostar, insultar y agredir al entonces candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares.
Eso medios sí que se vayan, que se destierren por sus prácticas deleznables. Pero Oye Veracruz no era de esa clase. En su momento el periódico que dirige Santos Solís abundó en críticas directas en contra de un régimen que estaba devastando Veracruz. En su despedida el editorialista es muy claro: «En nuestra hemeroteca se puede consultar lo que aquí le decimos, como el haberle rechazado tajantemente, a través de su Coordinación de Comunicación Social, ataques dirigidos a periodistas y a Miguel Ángel Yunes Linares, a quien no lo bajaba de pederasta».
Oye Veracruz no participó en esa guerra sucia y sin embargo, el trato de este gobierno, a un medio que estaba por cumplir su octavo aniversario, fue como si hubieran participado. ¡Qué lástima!
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