A los que no les calienta ni el sol, son a los hermanos Sánchez Macías, y es que durante el sexenio del terror de Javier Duarte, Eduardo y Francisco Sánchez Macías presumían ser parte de la familia de la esposa del gobernador, sus elogios los desgañitaban cual se trataba de quedar bien con Madame Gina. Dueños de varios medios de comunicación y de casas de empeños, los Sánchez Macías ven cómo les cierran la llave de recursos del Congreso local.
Y es que estas fichitas, acostumbradas a estar pegados a la ubre del gobierno de Veracruz, al ver que ya no se les renueva contrato de difusión, comienzan a tirar pestes contra la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso local. Sería bueno que alguien les recuerde los calificativos que usaban los compañeros reporteros cuando intentaban quedar bien con la vocera del gobierno de Veracruz, no los bajaban de paleros, vendidos y chayoteros.
Cuando Madame Gina recibía una serie de reproches de los reporteros del sur del estado por la desaparición del periodista Gregorio Jiménez, los Sánchez Macías, como verdaderos tapetes, se tiraban al suelo por la funcionaria caída en desgracia. Note el comunicado que saca hoy, Sergio Melo Hernández, Coordinador de Comunicación Social de la LXIV legislatura local.
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