Vaya descaro y falta de honradez de la legislatura que salió; no sólo estuvieron sirviendo como tapetes y cómplices del prófugo veracruzano, sino que ahora se descubre que hicieron uso indebido de 75 millones de pesos que no les correspondía. Es cierto que hubo diputados que se opusieron, pero fue la minoría, la gran mayoría acataba sin chistar las órdenes del mayordomo magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo.
Si la diputada local y presidenta de la mesa directiva, María Elisa Manterola Sáinz, quiere saber dónde está ese dinero, sólo tiene que llamar al encargado de Recursos Humanos, Serafín Hernández, quien le daba el visto bueno a los dineros que manejaba su patrón, el Cacique romántico.
La actual legislatura también detectó que medios de comunicación no representativos, que sólo servían para envolver papayas, recibieron convenios millonarios. Sería bueno que la actual presidenta del Congreso diera a conocer los nombres de dichos medios, aunque ni hace falta, sólo recordemos la feroz campaña de difamación a la que se enfrentó el actual gobernador en varios medios que regalaban en las principales avenidas.
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