Nos recuerda Armando Ortiz en su más reciente columna, que uno de los preceptos de la UNAM es la tolerancia y el respeto: «»La UNAM es un espacio de libertades. En ella se practica cotidianamente el respeto, la tolerancia y el diálogo. La pluralidad de ideas y de pensamiento es apreciada como signo de su riqueza y nunca como factor de debilidad”.
»Es por ello que están no sólo fuera de lugar, sino que contradicen las expresiones de Nicolás Alvarado en contra de Juan Gabriel, el espíritu de nuestra máxima casa de estudios. El petulante director de TVUNAM se refirió así del recientemente fallecido cantautor: “Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada”».
Señala el periodista Armando Ortiz: «Todo ello lo dice Nicolás Alvarado olvidándose que es un funcionario de la Universidad Nacional Autónoma de México, un funcionario que debe respetar todas las culturas; un funcionario que debe alejar sus complejos clasistas, solo porque a él lo educaron en escuelas privadas donde le enseñaron a apreciar las sinfonías de Mozart y de Maler».
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