Luis Ortiz Ramírez / Por si algunos políticos no lo saben, lo más seguro es que si lo sepan y no se quieran acordar. Según Wikipedia, “la alternancia en el poder es un concepto que describe la posibilidad de permitir una pacífica sucesión en los líderes y partidos políticos que ejercen el poder político”.
De manera que la alternancia llega, cuando mediante elecciones libres, permite que el cambio de gobierno, siguiendo los mecanismos previstos en las leyes y la Constitución, exprese la voluntad general.
En Veracruz, los veracruzanos votaron por ella. Después de sentir en carne propia la inseguridad, el desempleo y ser testigos de la feroz y despiadada campaña de rapiña contra los recursos destinados para los rubros más elementales, como son la salud y educación, por parte de una racua de corruptos comandados por un Gobernador, que fue rebasado por la gula de sus funcionarios. Los electores decidieron por la alternancia.
Es cierto que los cacicazgos conservadores se oponen a ella, buscan desacreditar a los causantes y representantes de la alternancia. Es necesario que la ciudadanía y los nuevos gobernantes, trabajen al parejo, que las oficinas estén abiertas para escuchar las quejas de maestros, campesinos, estudiantes universitarios y amas de casa.
Uno de los rubros que el Gobernador Electo debe prestar mucha atención, es el referente a la seguridad. La alianza entre grupos de malandros con la gobernación más corrupta en la historia de Veracruz, solo provoco muerte y dolor en las familias.
El arrebatamiento de la vida de cientos de jóvenes veracruzanos solo dejó una estela de dolor muy difícil de borrar.
Esta situación solo inhibió la participación de la iniciativa privada, las inversiones se detuvieron por el miedo a pagar derecho de piso a grupos fuera de la ley.
En el área de salud, el gobierno que sale, deja hospitales sin medicamentos ni equipamiento. A los doctores y enfermeras, muchos de ellos con bastantes años de servicio, no se les dio el lugar que les correspondía, nunca se les reconoció que hacían mucho con tan poco. También se debe prestar atención especial a la salud de los jubilados.
He dejado especialmente el rubro educativo para el final, y no precisamente porque no sea importante, sino todo lo contrario.
Como es bien sabido, la secretaría que más recurso requiere, después de la de Salud, es la de Educación. Eso lo sabían claramente los encargados de esta súper poderosa secretaría.
Desde Arredondo hasta Osorio Martínez, haciendo la excepción de Flavino Ríos Alvarado, todos accedieron a jinetear, manosear, desviar, los recursos de las escuelas y de los salarios de los maestros para cuentas privadas o para otros pagos.
Por esa razón, la federación y con el pretexto de la reforma educativa, les quito el pago de la nómina. Se espera que nuevo Gobernador electo ponga tras las rejas a los causantes de monumental descalabro financiero.
Con la alternancia deben de llegar otros funcionarios a la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV). Se debe de acabar con el monopolio callejista impuesto desde los tiempos de Dante Delgado y fortalecido con el fidelato y el duartismo.
Debe de acabarse con los usos y costumbres de premiar la lealtad al jefe máximo, los puestos deben de ser ocupados con los perfiles más probos en calidad académica y moral. Los niños veracruzanos se lo merecen.
Por cierto, es habitual el seguimiento de un protocolo de traspaso de poderes, con una ceremonia o ritual (investidura) que incluya la presencia del gobernante saliente y el gobernante entrante, recibiendo éste la banda presidencial, y realizándose algún tipo de juramento (protesta) que culmine la toma de posesión.
Tal vez esa es la escena que los veracruzanos, más anhelamos, o a lo mejor, nos quedamos con las ganas, con eso de que el gobernador saliente no quiere asistir. Ni hablar, la alternancia para algunos sigue pesando.
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