Francisco Berlín, la realidad al desnudo

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Édgar Hernández / 

“Odio decir que se los dijiste antes de que se fueran al precipicio, don Paco”

En estos tiempos en que difícilmente podemos enorgullecernos de nuestra estirpe política, emerge enhiesta la figura de uno de los grandes politólogos veracruzanos de los últimos tiempos, Francisco Berlín Valenzuela.

Galardonado en el marco del Día de la Libertad de Expresión, con la Medalla “Defensor de la Libertad y Promotor del Progreso” por su trabajo como ideólogo, justo defensor de la legalidad a la par de real exponente de la política en su esencia, obliga a regresar a la lectura de sus escritos que le hicieron meritorio a tan señalado reconocimiento.

Mucho ha sufrido Veracruz para preservar la garantía constitucional de la libre expresión de las ideas que es fundamental para la existencia de la democracia y la realización de un verdadero estado de derecho”, dijo Berlín, quien ha servido a Veracruz en los más altos cargos de la administración pública estatal y federal, así como los de representación popular.

Así, para conocer la vida política de Veracruz solo hay que asomarse al pensamiento de este ilustre paisano quien al escudriñar el devenir de 87 años de existencia del PRI, así como los cuadros de poder de la llamada “decena trágica”, adelantó la inminente caída del partido en el poder de cara al hartazgo ciudadano.

Poco caso le dispensarían los arrogantes del poder cuando adelantó la ilegalidad en la asunción de Amadeo Flores Espinosa a la máxima dirigencia estatal por la vía de la “prelación” abiertamente violatoria al marco jurídico y leyes electorales.

Héctor Yunes Landa y toda la estructura del poder jamás entenderían el peso de sus palabras cuando en un artículo de fondo definitorio alertó que el proceso de selección de candidatos a las diputaciones locales no podía llevar como prendas de victoria a pillos y saqueadores del erario público.

Como si no existiera tan autorizada voz cuando dijo al priismo en reuniones públicas, privadas y a través de sus artículos periodísticos que con un equipo como el que rodeaba al candidato priista Héctor Yunes Landa –puros hampones y señalados como delincuentes electorales- estaba destinado a la derrota en las urnas, como sucedió.

Lo tiraron de a loco cuando con índice flamígero gritó el despertar de la sociedad civil, el encarecimiento del voto, el descontento ciudadano y la misma revolución silenciosa que se estaba gestando desde la oposición.

Berlín
El joven Secretario de Gobierno, Francisco Berlín Valenzuela, primero en el extremo izquierdo, se dejó crecer el bigote durante la administración del gobernador, Rafael Murillo Vidal, para tratar de disimular su extrema juventud

Berlín no les era incómodo, simplemente no le daban crédito a sus llamados de alerta.

Severas admoniciones y censuras recibió el doctor Berlín Valenzuela cuando habló del crecimiento irreal de Morena y la seria sospecha del patrocinio gubernamental.

Y jamás creyeron en sus dichos hasta que sucedió la derrota y el “¡Cuanta razón tenía Berlín!” cuando dijo quepor primera vez en 87 años el PRI estaba en serio riesgo de perder la gubernatura”.

No le hicimos caso.

Tampoco cuando nos previno del voto de castigo contra el régimen corrupto que encabeza Javier Duarte que hereda a ocho millones de veracruzanos impagable deuda de 120 mil millones de pesos y los desatinos de Héctor Yunes Landa que en su pretensión de alcanzar la gubernatura se alío con lo peor de la Fidelidad.

De manera fatal cobraba relevancia su llamado de alerta del “aún es tiempo de recuperarse si se cambia la estrategia política y se regresa a los valores del PRI”.

Se le hizo muy fácil olvidar que Berlín Valenzuela, ha sido de años uno de los políticos más serios con que cuenta el PRI, reconocido jurista, experto en asuntos electorales, doctor en Derecho, analista político y autor de libros de Derecho Electoral y Derecho Parlamentario.

Hoy vale la pena restregar a los perdedores el señalamiento del experto manifiesto en su artículo: “Victoria electoral o derrota pactada” en donde avizoraba lo que esperaba al PRI de persistir en caminos equivocados y alianzas inconfesables.

Un fantasma –decía- recorre Veracruz. En los corrillos priístas está comenzando a gestarse  una seria preocupación. Por eso, no es casual que durante su reciente visita al café de la Parroquia en el heroico puerto a boca de jarro, –palabras más palabras menos–, le preguntaran a Manlio Fabio Beltrones: ¿para la gubernatura, se pactó una derrota del PRI  en favor del PAN-PRD?

“En el  contexto de la sucesión estatal hay  muchas cosas inexplicables.  Sobre todo después de que la Auditoría Superior de la Federación ha sido tan puntual al señalar los desvíos y malversaciones que detectó en las cuentas de los últimos años”.

Cuanta vigencia cobran hoy los señalamientos de Berlín cuando anotaba:

¿Qué es lo que detiene a los hacedores de las decisiones políticas superiores para proceder en consecuencia? La forzada permanencia del mandatario actúa como un pesado fardo que jala hacia abajo la buena candidatura priista”.

Veracruz bien pudiera estar en el centro de una estrategia de fortalecimiento y de sobrevivencia de la unidad panista. Dice el aforismo popular que “líder es el que da”. En esa línea de argumentación, “pactar”  o  facilitar el triunfo en varias gubernaturas posibilitaría a ese fracturado instituto contar con posiciones, mandos y recursos para conservar: integridad, armonía y liderazgo.

Entonces, desde ésta perspectiva, más que un desinterés, falta de sensibilidad -o animadversión hacia los veracruzanos-, el gobierno federal estaría tratando de asegurar un fin superior equivalente a una “Razón de Estado.

Y así fue.

Como no se le hizo caso a tiempo a este distinguido veracruzano.

Es altamente probable que ninguno de los contendientes rebase el millón de votos y que el ganador se proclame vencedor con una cifra mínima de unos cuantos miles de diferencia”.

Por eso sorprende la ligereza con la que, éste asunto se ha manejado dentro del PRI, como si en verdad se estuvieran conformando los supuestos para facilitar una derrota. Desde un principio en el tema de las coaliciones se advirtió  falta de oficio y de criterio jurídico. No por nada –hasta públicamente-se ha ventilado el cuestionamiento en la integración de sus elementos esenciales”.

Y ni qué decir de varias de las figuras públicas cercanas al candidato priísta y que vienen huyendo de los señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación  y cuya presencia hasta parecería –también-, parte de una estrategia de derrota”.

Que gane el PAN podría traer beneficios de gobernabilidad nacional. Pero, si la especie de la “derrota pactada” se vuelve una percepción generalizada, los priístas locales lo entenderían como una traición y seguramente no sufragarían por su partido”.

Héctor Yunes está muy a tiempo de evitar que la maledicencia de una “elección pactada” siga creciendo como una bola de nieve. Para atajar la versión, -entre otras cosas-, debe de usar toda su capacidad de negociación para que el actual estado de cosas cambie”.

Sin embargo, Héctor no lo hizo.

Yunes Landa hoy llora como mujer lo que no supo defender con hombría. Réquiem por el PRI.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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