Armando Ortiz / Si los gobiernos municipales fueran todavía de tres años, para este momento el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga, estaría a un año de entregar la administración; ya por ahí le estarían pisando los talones todos los que se sientan con méritos a sucederlo; 2016 sería para el alcalde, el año en que siendo alcalde ya no lo sería del todo. Si la administración de Américo Zúñiga fuera de sólo tres años muchos recursos que se gestionaron, y que se llevaron su tiempo para gestionar, se tendrían que ocupar de prisa porque al alcalde sólo le quedaría un año para cerrar su administración. En todo caso el alcalde se tendría que conformar con que su sucesor inaugurara una obra que el gestionó, inició, pero que no le dio tiempo de concluir.
Sin embargo los gobiernos municipales en Veracruz ya son de cuatro años. Para este momento Américo Zúñiga ya sabe de dónde puede jalar recursos, cómo gestionarlos y en qué aplicarlos. Dos años le restan al alcalde de Xalapa, dos años, que si bien siguen siendo pocos, servirán para dejar en claro que no fue un error alargar las administraciones municipales.
El próximo domingo 20 de diciembre es el informe de Américo Zúñiga. No tiene pensado hacer un acto multitudinario, sólo ha repartido 350 invitaciones para un informe que se llevará a cabo en el patio de Palacio Municipal. En este informe el alcalde ya adelantó que hablará sobre las obras que se realizaron en 2015 y dará pormenores del estado que guardan las finanzas municipales. “Asimismo –agregó el alcalde- los programas de obra que hemos realizado, todas las obras de infraestructura de agua, la rehabilitación puntualmente, la gran y mayor inversión que se ha hecho en infraestructura hidráulica de Xalapa, el mayor y más ambicioso programa de obra pública, en construcción de calles y avenidas, la mayor participación que se haya tenido en Xalapa de la iniciativa privada”.
En una entrevista que le hiciéramos para la revista de arquitectura Metros Cuadrados, el alcalde nos habló de que hay obras de gran relumbrón, esas que cualquier alcalde quiere realizar, obras que se ven y que la gente contempla y advierte. Pero también hay obra que no se ve. Esa obra que sólo se advierte cuando las colonias que se inundan ya no se inundan más porque se terminó algún colector, o porque se desazolvaron algunos afluentes. Américo Zúñiga ha dicho que aunque esa obra no genere muchos comentarios, porque suele ser subterránea y se pasa por alto, él se siente comprometido a realizarla, porque es un trabajo que mejora las condiciones de vida de los xalapeños.
Como todo personaje público el alcalde de Xalapa tiene sus cualidades y sus defectos. Una de las cualidades de Américo Zúñiga como político es que no está peleado con nadie. Américo, como su padre, el profesor Guillermo Zúñiga, tiene sus afectos y los sabe conservar; a ellos se rinde sin deslealtades. Uno de los defectos de Américo Zúñiga es que sólo ve hacia adelante y poco se asoma hacia los lados, donde “operan” sus auxiliares. Pasados dos años ya nos dimos cuenta que los auxiliares del alcalde sirven para bendita cosa. No destraban nada, son gestores del vacío, simples recepcionistas, y a ratos hasta estorbos. Algunos de ellos se han olvidado de sus tareas para ponerse a arar su destino político; con azadón, aunque ellos creen que están arando la tierra.
Pero en lo general el saldo del alcalde de Xalapa resulta positivo. Si bien se ha ganado la animadversión de aquellos que quieren que Xalapa siga siendo una ciudad-barrio, la percepción que la gente tiene de su administración es positiva.
Postdata 1: Trabajar en conjunto con el Cabildo
Para que la administración municipal pueda marchar sin retrasos, sin trabas, es importante el trabajo en conjunto con el cabildo, particularmente con la Sindicatura. En este aspecto el trabajo que ha realizado Michelle Servín, síndica única del ayuntamiento, ha sido fundamental. Más que ocuparse en poner trabas al alcalde, y generar rencillas, Michelle se ha ocupado en realizar su trabajo y hasta el momento no ha recibido queja alguna del alcalde.
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