¡Porque mujeres somos!

- en Opinión

Édgar Hernández* / Instituciones van, instituciones vienen y pocos resultados ha arrojado la lucha contra la violencia intrafamiliar y para Veracruz, sobre todo para este cuestionado gobierno, el combate al feminicidio magros alcances ha dado.

Acaso por ello la organización civil “Porque mujeres somos”, de reciente creación, se ha pronunciado de manera categórica porque se imponga la “Alerta de Genero” en donde se vuelque toda la atención e intervención en lo que más dolor ha causado a la familia veracruzana, la desaparición y muerte de sus mujeres y niños.

Hoy que tantos problemas se han tenido con el uso y destino de los dineros públicos bien vale la pena voltear y que el propio gobierno atienda sus instituciones en sus programas en favor de la familia cuyo punto más vulnerable lo constituye la mujer.

Sostiene “Porque Mujeres Somos” que:

“Existen instituciones gubernamentales que brindan servicios muy particulares a las personas que resultan víctimas de la violencia en sus diferentes modalidades, aunque en muchas ocasiones por lo traumático de los acontecimientos, quienes la padecen se ven sometidos a una revictimización”.

En Veracruz el problema de la trata es grave.

Peor el tema de los levantamientos y desapariciones forzadas. Por ello las organizaciones civiles que se ocupan del tema han revelado que suman centenares de mujeres y menores que repentinamente ya no regresaron a sus hogares.

Así, la espiral de violencia que azota al estado de Veracruz es la resultante del empobrecimiento progresivo de las mayorías, de la mayor participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad, de la negligencia de ministerios públicos y el sistema judicial, así como el crecimiento de la delincuencia organizada en el estado.

Pero por encima de todo eso está la omisión sistemática del gobierno que encabeza el señor Javier Duarte para atender a las víctimas de desapariciones forzadas, feminicidios y secuestros, en aras de mantener una imagen de paz social en Veracruz para atraer supuestamente inversiones que impulsen el crecimiento económico.

El mantra del crecimiento económico es sin duda el eje de la razón de ser del gobierno que lejos está de haberse convertido en la solución del problema.

La pobreza sigue en aumento al igual que la espiral de violencia pero las autoridades competentes han mantenido un sistemático silencio al respecto; el aumento de la violencia es considerado más bien como un daño colateral y no como un hecho que ha lastimado y lastima a miles de veracruzanos

Las desapariciones forzadas son realizadas directamente o indirectamente por las autoridades, sean estas la policía o las fuerzas armadas; las segundas por todos aquellos que de una u otra manera consideran a la mujer como un objeto y no como un ser humano y sobre todo, porque perciben un ambiente de impunidad que aumenta las probabilidad de no ser detenidos.

Los conflictos familiares, las tentaciones para ingresar a las filas del narcotráfico y la apología de la violencia son la materialización de enormes tensiones sociales generadas por la marginación y la falta de oportunidades para contar con un empleo digno.

El Colectivo por la Paz evidencia la desaparición de 665 personas, entre las cuales se encuentran 122 menores de edad.

Veracruz ocupa el primero lugar nacional en esta materia, con 12 expedientes abiertos.

Por su parte, el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) tiene registrados, entre 2011 y 2013, al menos 388 desapariciones forzadas, siendo Xalapa la de mayor incidencia del delito.

A su vez, el Colectivo de Investigación y Desarrollo de las Mujeres, A.C. por medio a un monitoreo de medios de comunicación realizado entre agosto del 2011 y agosto del 2013 calcula en 169 feminicidios cometidos en Veracruz.

Otra organización de mujeres, El Observatorio de Género y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres documentó 100 feminicidios en la segunda mitad del año 2012.

Irónicamente, desde 2011 existe el delito de feminicidio en el estado de Veracruz pero no son más que una fachada para ocultar su desprecio por tales delitos.

Es aquí en donde se puede observar con mayor claridad la estrategia gubernamental. En lugar de aplicar los protocolos para efectuar las investigaciones, lo que están haciendo las autoridades competentes es simplemente negar su existencia (En el caso de las desapariciones forzadas prefiere llamarlas ‘personas no localizadas’).

Los delitos de lesa humanidad, entre los que se encuentran la desaparición forzada, no prescriben.

En la medida en que éstos aumenten, la indignación de la ciudadanía crecerá y eventualmente demandará justicia de manera organizada.

Acaso por ello muy oportuno el llamado de “Porque Mujeres Somos”, una asociación civil que se suma a la exigencia de alto a la violencia de la mujer.

Ha llegado el momento, dice esta organización, de erradicar todas las formas de violencia y discriminación.

El gobierno tiene la palabra.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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