Creer en las autoridades encargadas de procurar justicia en México es un acto de fe, es creer que en nuestro país se respetan las leyes. La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de incluir al candidato, supuestamente independiente, autonombrado el Bronco, no abona ni contribuye al ambiente democrático en el país.
La máxima maquiavélica de «divide y vencerás» parece ser la línea que marca el Gobierno Federal para que impida, a como dé lugar, para que el hijo predilecto de Macuspana, Tabasco no llegue a la presidencia. Resulta inaudito cómo los mal querientes de AMLO buscarán pulverizar la voluntad de millones de mexicanos esa tarde-noche del primero de julio.
Que no digan después, que los medios no lo percibimos y advertimos con varios meses de anticipación. Quitar de en medio a Santiago Nieto Castillo, funcionario destituido recientemente como titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, (FEPADE) y aprobar una Ley de Seguridad interior, que permita que el ejército pueda intervenir en casos de disturbios, no aporta mucho a la práctica de la democracia.
Dejar que aparezcan dos candidatos chapuceros en la recolección de firmas, como Margarita Zavala y el dichoso Bronco, cuyo fin será atomizar el voto morenista, es una crónica de un fraude anunciado. No hay peor ciego que aquel que no quiere ver la realidad. En México se está cocinando un fraude electoral.
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