Veracruz ¿estado fallido? Para fidelistas y duartistas desde luego que sí

Gobernador
Xalapa, Ver. El gobernador Miguel Angel Yunes Linares FOTO: PATTY BARRADAS/FOTOVER

En estas últimas semanas, el término estado fallido ha sido empleado por periodistas y comentaristas políticos para describir a Veracruz. Otros más lo hacen liberalmente en las redes sociales, pero hay algunos que disfrutaron de las mieles del poder del fidelato y el duartismo, esos son los que más utilizan el término, desde luego por razones obvias.

Algunos conocen su significado, pero otros desconocen las características de la definición exacta. Con el fin de hacer más precisa esta definición, el centro de estudio Fund for Peace ha propuesto los siguientes parámetros: pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza, erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones, y finalmente, incapacidad para suministrar servicios básicos.

En este último punto los detractores de Yunes Linares creen que por eso es un estado fallido, si bien es cierto que no hay que cerrar los ojos al brutal ambiente que han creado algunas fuerzas oscuras, no se puede llamar a la ligera que el Veracruz sea un verdadero estado fallido.

Y es que, por lo general, un estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político y económico, caracterizándose por tener un gobierno tan débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio; un estado fallido no provee ni puede proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad. En el caso del gobierno actual, éste ha heredado un territorio mermado por 12 años de corrupta rapacidad.

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