De nuevo el destino…

Destino
Anuar González Hemadi y Maryjose Gamboa FOTO: WEB
- en Opinión

Maryjose Gamboa / No sé cuánta gente crea en el destino, pero en lo personal, he de confesar que siempre me resistí a pensar que miles de millones de personas en el mundo tuvieran que asumir cualquier tragedia o alegría que marcara sus vidas, con el único cobijo de una frase… “Por algo pasan las cosas”. De hecho no tengo idea de a quien se le atribuye dicha frase, pero me queda claro que estamos lejos de saber si nos hizo un favor o nos maldijo para siempre porque efectivamente, hay cosas que sólo podemos comprender desde este concepto tan ambiguo y arbitrario al que llamamos “destino”.

Esto se lo comento porque de nueva cuenta se me pone en frente, y con las únicas dos alternativas que ofrece; lo enfrentas, o te rindes ante él. La segunda para mí nunca será una opción, por ende, y por milésima ocasión, opto por la primera. Desde hace un par de días, uno o varios desquiciados más -que son lo de menos porque al final sólo cambian de rostro pero comparten esencia- desataron una infame y costosísima campaña en medios nacionales y locales, en la que relacionan el proceso legal que he enfrentado desde hace casi tres años (de los cuales ochos meses fueron en prisión) por un accidente, con el proceso de uno de los miembros de la llamada banda de “Los Porkys de Costa de Oro, porque COINCIDENTEMENTE el juez que le otorga a uno de ellos (Diego Cruz) un amparo LISO Y LLANO, no como el mío, es el mismo al que le llegó mi caso cuando fui trasladada a Tuxpan.

Por lo tanto, y como ASUMO que así será por el resto de mis días -aunque en todos estos AÑOS las “pruebas” del entonces Fiscal Luis Ángel Bravo, y el sirviente de Fidel Herrera, Reyes Peralta, se hayan caído UNA A UNA- cada que toque los intereses de alguien corrupto y ruin, revivirán el mismo tema porque no tienen nada más con qué “golpearme”… No hay cuentas bancarias millonarias, acuerdos en lo “oscurito” que implican maletas de dinero, actos de corrupción, tráfico de influencias, sumisión al Ejecutivo o a mi propia bancada porque de ambos he sido crítica cuando he diferido en opiniones, etcétera. Y lo harán aun sabiendo que mienten, porque la verdad en este país y en estado, es lo que menos le importa a quienes escriben bajo el influjo del dinero.

Es por esto, y por el respeto que se merecen los que por años me han honrado con su confianza, que me veo en la necesidad de aclarar UNA VEZ MÁS, los puntos FUNDAMENTALES que pocos medios dirán, porque para el resto la línea editorial es bastante simple; Si mis declaraciones les ayudan a golpear a un gobierno que dejó de pagarles los 8 MIL MILLONES DE PESOS que les regalaba Javier Duarte, habrá cabida para ellas. Pero si de pronto se me ocurre ocuparme de lo que debo, por ejemplo de proponer y lograr iniciativas que le den las herramientas al nuevo gobierno para trabajar, como el Reordenamiento al transporte público, la Ley General de Víctimas, o si exhibo a empresarios corruptos beneficiados durante los dos peores sexenios de la historia, o a organismos “autónomos” costosísimos e inservibles cuya ÚNICA finalidad es dar chamba a unos cuantos, como la CEAPP, entonces, el aparato mediático embestirá de nuevo, y con toda la perversidad que caracteriza a las plumas prostituidas por la ambición de ser y tener, lo que de otra forma ni serían ni tendrían JAMÁS.

Esta “nueva” campaña en la que hacen una extrañísima relación entre mi proceso y el de Diego Cruz, inculpado por el presunto delito de pederastia, está llena de falsedades que ni siquiera se toman la molestia de intentar “hilar” para que resulten, digamos, por lo menos algo convincentes para quienes desconocen el contexto REAL del modo en el que se han dado los hechos. Y la explicación (que a continuación detallo), es más simple de lo que imaginan por dos razones; Primera porque deben entender que cuando existen convicciones genuinas, no hay palabras, golpizas, encarcelamientos o amenazas, que te detengan. Y segunda, porque es mi obligación legal y moral dar la cara a quienes en mi depositaron su voto, respondiendo a cualquier señalamiento grave.

COINCIDENCIA… Hasta en eso salgo sorteada

1; Si bien es cierto que fue el mismo juez quien en su momento resolvió el amparo indirecto contra el auto de formal prisión en el proceso penal seguido en mi contra, derivado de un accidente automovilístico en el que lamentablemente murió un peatón, que dicho sea de paso espero pronto terminar de investigar para descubrir ¿cómo se atropella de frente a alguien que NO tenía UNA sola fractura, sino que muere por el impacto de su cabeza sobre el COFRE del vehículo? También lo es, que YO NO ELEGÍ A ESE JUEZ… El Juez Anuar González estaba en Tuxpan desde hacía años y mi caso estaba en Veracruz, pero al trasladarme de manera ILEGAL, violando el amparo federal que lo impedía, a aquel reclusorio AL QUE TAMPOCO PEDÍ SER TRASLADADA -fue decisión de Javier Duarte avalada por su siempre aliado Tribunal Superior de “Justicia” a cargo entonces de su incondicional SIRVIENTE Alberto Sosa- y DESPUÉS de que el juzgado sexto de distrito que es a quien le correspondía porque en originen conoció dicho juicio de amparo, se declarara “incompetente” porque varios magistrados eran y SON, incondicionales de Luis Ángel Bravo, mi caso cae en sus manos, como ahora cayó el de Diego Cruz porque ahora es Juez Tercero de Distrito en el Puerto de Veracruz. Es decir, YO NO DECIDO QUE JUEZ ESTÁ EN QUE CIUDAD NI QUE CASOS LE CORRESPONDEN, es un proceso aleatorio de una oficialía común de TODOS LOS TRIBUNALES.

2; El Juez que originalmente llevaba mi caso, y quien al final dicta sentencia al regresar mi expediente al puerto de Veracruz, Luis Alberto Cobos, poco tiempo después de dictarme auto de formal prisión, fue señalado por una madre de haber dejado en libertad a su ex pareja, quien presuntamente abusó sexualmente de su hija de tres años… Sin embargo de este NADA SE DIJO, nadie opinó entonces ni ahora siendo un tema similar que eran ilegales ambas sentencias, como SÍ se dice ahora. (http://plumaslibres.com.mx/2015/07/07/protestan-en-veracruz-frente-a-juzgado-de-primera-instancia-por-mala-actuacion-de-juez-que-libero-a-pederasta/)

3.-No es por el amparo otorgado por el Juez Anuar González por el que obtengo mi libertad, él a diferencia que en el caso de Diego Cruz no lo otorga “liso y llano”. Quedó sujeto a revisión de un TRIBUNAL COLEGIADO, por lo que obtengo mi libertad cuando estos ratifican que NO HUBO AGRAVANTES, pero SEIS MESES después de haber él resuelto.

4.- No se puede comparar la gravedad de un delito intencional con un delito imprudencial. Desde 1980 el código penal en el estado de Veracruz, contempla los delitos intencionales, imprudenciales y preterintencionales (dolo y culpa). Siendo que desde el año 2004 a la fecha, el código sustantivo penal en la entidad en su artículo 21, solo describe dos modalidades, dolo o culpa. Los delitos culposos tienen su propia penalidad la cual se ubica en el artículo 85 del código penal del estado.

5.- Cientos de notas periodísticas, por cierto de estos mismos que hoy señalan que hay relación en los casos, estando aun en campaña, nos acusaron al hoy Gobernador y a una servidora, de emprender una campaña de desprestigio en contra de “estos pobres muchachos” porque manifestamos nuestro apoyo a la víctima… ¿Entonces, difamé a esos “pobres muchachos” pero hoy muevo jueces FEDERALES de distrito para que los amparen? Carajo pues tengo más poder que el Magistrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

6.- Por último, el TRIBUNAL COLEGIADO retiró las agravantes al NO EXISTIR prueba alguna, por ende si quienes hoy creen que permitiré que me llamen asesina cada que “incomode” a alguien sin tener que demostrar su dicho ante un juez, se equivocan. Nadie puede defender a los ciudadanos sino demuestra la fuerza y el coraje para defenderse a sí mismo, porque además, y punto importante, a diferencia de miles de personas que es mi deber defender, en mi caso nadie lo hará ¿O escuchó alguien algún pronunciamiento de mi propia bancada? No, y lo entiendo porque no en todo coincidimos ni coincidiremos, como en el hecho de no doblegarse ante nada ni ante nadie. PUNTO.

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