En la primera semana de noviembre del año pasado, los veracruzanos nos levantamos con la noticia de la huida del gobernador más corrupto del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, a excepción de Fidel Herrera Beltrán su mentor. Lo que sorprendía a la sociedad veracruzana fueron las facilidades que le ofreció el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado. Se supo oportunamente que las autoridades aeroportuarias facilitaron a Javier Duarte un helicóptero que lo trasladó a Coatzacoalcos, ya que según, dijo Flavino Ríos, gobernador interino de Veracruz, no tenían conocimiento de que existiera una orden de aprehensión en su contra.
En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen, Ríos Alvarado dijo que solicitó al personal del aeropuerto que le diera a Duarte las atenciones propias de un gobernador. «Él (Javier Duarte) pidió un helicóptero que lo trasladó a Coatzacoalcos, lo pidió directamente al aeropuerto. Pedí a la gente del aeropuerto que le dieran las atenciones de un gobernador porque yo no sabía que existía una orden de aprehensión; entonces él habló al aeropuerto, lo pidió y se lo proporcionaron, de ahí ya no supe nada», aseguró el exfuncionario.
Hoy los veracruzanos nos levantamos con la noticia de que el exgobernador interino fue detenido el día de ayer al salir de su casa. Se ha sabido que es acusado de encubrimiento, tráfico de influencias y abuso de autoridad. Algunos medios señalan que ante la falta de resultados en la lucha contra la delincuencia en el estado de Veracruz, el día de hoy la Fiscalía General del Estado decidió sacar un “as” bajo la manga. Aunque la realidad es que la pinza se cierra para Javier Duarte y poco a poco la fiscalía está cumpliendo con la aplicación de la justicia.
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