Otro caso de despidos que está dando de qué hablar es lo que sucede en la dirección de Política Regional. Esta oficina era en realidad una guarida de operadores priistas que tenía sedes en diferentes zonas del estado. Esta oficina era la encargada de controlar a los diversos grupos políticos que finalmente se adherían al Partido Revolucionario Institucional.
Se puede entender que el personal de oficina quiera conservar su empleo, pero que no esperen los operadores priistas, que ostentaban puestos de directivos, que se les va a dejar ahí.
Sí, resulta dramático que una persona se vaya a, dizque, cortar las venas a la Plaza Lerdo, sin embargo, lo que habría que preguntarse es qué labores realizaba esa persona y a favor de quién. Sería un error para los que ahora gobiernan dejar a esos operadores como orejas del partido de oposición que quiere tumbarlos.
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