Duarte, ¿enchiquerado o prófugo?

Duarte
Xalapa, Ver. El exgobernador Javier Duarte de Ochoa FOTO: ANTONIO PALACIOS/FOTOVER
- en Opinión

Édgar Hernández* / 

“Está en la ciudad de México”, Silva

Son tantas las señales, los “ya merito”, el “está cercado”, el “no se nos va a escapar”. Un repetido “está en México”, “lo vieron en Santa Fe”, y lo último: “en breve habrá resultados aunque no podemos dar una fecha”.

Vaya, hay quien incluso atrevió a decir que “aparecerá encajuelado” o, tal como lo señala un diario local de Poza Rica, que ya corrió la misma suerte de los desparecidos políticos por décadas como el diputado salinista Manuel Muñoz Rocha.

Que si los pasaportes que iban a ser entregados a Duarte y Karime en la frontera con Guatemala dan pistas certeras; que si  el cura José Alejandro Solalinde tenía razón en cuanto a su ubicación, que si 150 países andan tras sus huesos y lo más tonto: “Si atrapamos a El Chapo, podemos con Duarte”, dicho por el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.

A las señales se suma la de Alberto Silva quien informa a este reportero por correo a pregunta expresa, “yo pienso que está aquí en la ciudad de México”.

Así, todo indica, tras pactarse su huida con la complicidad de las autoridades federales hace 41 días, que todo ha sido una engañifa mediática, una cortina, en espera de ser presentado al respetable cual show circense.

Las señales del centro indican, en esa necia obviedad del ya merito, que no es más que una estrategia política y que en realidad ya lo tienen enchiquerado y que solo esperan el momento propicio.

¿Cuál sería ese momento?

Una buena fecha en el marco de la perversión de la federación, sería en la víspera del primero de diciembre para acompañar la asunción de Miguel Angel Yunes Linares o tal vez para empañarla.

Tal vez pretendiera un temeroso Peña Nieto ensombrecer el gran enigma de Yunes de “cimbrar a México”, cimbrándolo primero con tan esperada captura.

Sea como fuere, ya son demasiadas las señales de las autoridades encargadas de la procuración de la justicia y de la propia secretaría de Gobernación, como para no sospechar lo que se está cocinando.

Es un gran tamal que desde luego está destinado a favorecer a la administración de Enrique Peña Nieto, en la víspera de que el Procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade, se convierta en el Fiscal Anticorrupción.

Así, Cervantes tendría en Duarte una espectacular entrada a escena al presentar ante un juez a Javier Duarte, el peor corrupto que ha dado la historia de México.

Que mejor que en el marco de la peor crisis que vive Veracruz, el gobierno federal de cuenta de la incautación de todos bienes mal habidos de Duarte y que producto de la congelación de sus 112 cuentas bancarias sea posible la recuperación de al menos 20 mil millones de pesos.

Y si la caja china les funciona para ese propósito, se harán públicas las grabaciones incriminatorias –no las de Duarte con los peñistas, por supuesto-, los documentos que avalan raterías sin fin y testimonios de cómo, cuándo y en donde se realizaron las operaciones con las cajas de huevo tan famosas que por años se movieron desde Córdoba a localizados destinos fiscales en el extranjero.

Y en el uno-dos, el gobierno entrante de Yunes Linares, ejecute la orden de aprehensión contra los 69 conspicuos rateros de la Fidelidad… y que quien sigue en la lista será Fidel Herrera Beltrán… ¡Vaya ilusión!

Duarte cumplirá con su misión de servir al aparato que lo creó como un Frankenstein para ser enviado al cadalso. Solo se espera el momento oportuno.

Acaso por ello no se equivocaron quienes en su momento tuvieron los datos en la mano sobre su detención y presentación ministerial.

Acaso el momento de la gran noticia ante el jefe de prensa de Peña, el títere Loret de Mola, se dilató ante nuevos eventos públicos y políticos que distrajeron a la opinión pública como la aprehensión de Guillermo Padrés o la insólita victoria de Donald Trump y el retorno triunfante de Luis Videgaray, echado de la Secretaría de Hacienda por invitar a México al racista ganador.

Acaso, el valor del perseguido al paso de los días se siguió cotizando fuerte abonándole en el día al día rapacerías de hurtos millonarios que rebasan los 35 mil millones de pesos.

Peña es muy parecido a Vicente Fox, ese mediocre presidente que cuando se le complicaban los problemas nacionales inventaba efectos mediáticos para distraer a la opinión pública de los temas fundamentales.

Puro pan y circo.

Hoy, a una semana de la asunción de Yunes Linares, todos los veracruzanos están a la espera de ese ya merito para saciar ese largo morbo de ver tras las rejas al arrogante heredero de la Fidelidad que tanto daño hizo a Veracruz.

Hoy, que se espera demasiado del nuevo mesías, la realidad indica que Veracruz se encuentra en estado de quiebra y que los 24 meses de su gobierno habrán de ser insuficientes para sacar del hoyo a la paradójica más rica tierra que tiene la república.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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