Javier Duarte, el descarado

Armando Ortiz / Con total desvergüenza, con pleno atrevimiento, con una insolencia que ofende, y con total falta de respeto a los veracruzanos el gobernador Javier Duarte contestó las suaves preguntas de Ciro Gómez Leyva. En esa cómoda entrevista Javier Duarte se dijo el veracruzano más votado en la historia de Veracruz, lo que sólo magnifica su aberrante paso por el gobierno. Con pleno descaro aseguró no deber nada; se supuso incólume a pesar de todos los señalamientos, de las pruebas de corrupción y enriquecimiento ilícito.

En alguna ocasión, compartiendo la mesa con periodistas, comiéndose un buen trozo de filete, Javier Duarte aseguró que él era el mejor amigo que el presidente Peña Nieto tenía en Veracruz, y que por lo mismo su “amigo” el presidente lo iba a dejar poner al candidato para la elección que pasó. Pero era mentira. Ni Peña Nieto es su amigo como dice, ni lo dejó poner a su candidato que entonces era Alberto Silva. Ahora, frente a Ciro Gómez Leyva vuelve a repetir la misma mentira. Dice que su relación con Peña Nieto es buena y que tiene comunicación constante con el presidente.

Duarte asegura que nunca se reunió con López Obrador ni que estuvo operando a favor de Cuitláhuac García; sin embargo de la Ciudad de México trascendió la advertencia de que si ganaba Yunes Linares, el panista lo metería a la cárcel, pero que si ganaba Morena en Veracruz, el gobierno federal lo metería en la cárcel. Duarte niega el evidente repudio de su partido el PRI, niega que las declaraciones de los dirigentes sean en su contra, aunque se haya iniciado un proceso para su expulsión.

Sobre el blindaje tramposo que pretendía nombrando a su fiscal anticorrupción Javier Duarte sólo enredó las cosas y terminó hablando de sus “buenas intenciones” de armonizar las cosas. Sobre sus propiedades en el extranjero volvió a negarlas señalando que es Yunes Linares quien lo acusa de manera ridícula. Sobre su 3 de 3 Javier Duarte volvió a decir que entregó completa esa declaración a pesar de que el IMCO se haya negado a publicarlas. Dijo que no va a cambiar esa declaración porque sus dos casas y sus dos carros es todo lo que tiene. Vale señalar que no declaró las propiedades de su esposa Karime Macías porque Duarte dio a entender que la pobre no tiene ni donde caerse muerta.

Sobre las empresas “fantasma” señaló que en ningún contrato de esas empresas aparece su nombre y que por lo mismo no está encubriendo a nadie; Javier Duarte, lo mismo que sobre las propiedades en el extranjero de Arturo Bermúdez aseguró no estar enterado de las operaciones de esas empresas. Precisamente sobre las propiedades de Arturo Bermúdez le dijo a Ciro que sí sabía sobre ellas, cuando la primera vez que le preguntaron dijo no saber nada. Lo que deja muy en claro que es un mentiroso y que cambia su versión según le conviene.

Javier Duarte miente con total descaro. Sus gesticulaciones son los de un actor barato que se ha tomado el tiempo para aprenderse el guion que le han escrito. En algún momento de la entrevista Javier Duarte dijo estar dando la cara, pero todos los veracruzanos sabemos que esa no es su cara, porque el descaro significa que este sujeto se ha quedado sin rostro. Su desvergüenza es enfermiza e indigna la buena fe de los veracruzanos.

Al final Javier Duarte aseguró que no tiene nada que ocultar. Casi nada, sólo su verdadero rostro de corrupción.