Aurelio Nuño Mayer se ha empecinado en negar una mesa de diálogo con los maestros de la CNTE. Su línea desde que llegó a ocupar el lugar de Emilio Chuayffet, han sido cero diálogo con la coordinadora. Si la CNTE quiere diálogo, primero tiene que aceptar la Reforma Educativa, ha dicho constantemente. Entablar pláticas con los maestros “rebeldes” del sur del país sería una clara muestra de debilidad, según su entender.
Todavía, 15 días atrás, el investigador Carlos Ornelas señaló que Nuño «entró con el pie derecho» al despacho que ocupó José Vasconcelos, además lo hizo «con el apoyo firme y directo del presidente Enrique Peña Nieto; la firmeza con la que ha aplicado la ley, que ha sido una constante y con esto ha debilitado mucho a la Coordinadora (Nacional de Trabajadores de la Educación) y haber encarado y destrabado el conflicto en el Politécnico, han provocado que en torno al titular de la SEP surjan grupos civiles, comerciales y políticos que lo alaban, porque le están viendo tamaños…»
Eso fue dos semanas antes de que la CNTE convocara a un paro nacional. En los hechos vemos a una CNTE más fortalecida, y a un secretario de Educación con muestras de desesperación. Qué acaso espera que su amigo el presidente venga al rescate.
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