Tratan de cubrir su negligencia. Ahora salen con que Otis fue un huracán atípico. La devastación, «un escenario poco probable»
Es un huracán y un huracán trae devastación a las poblaciones que golpea. Si bien, antes de golpear las costas de Guerrero, Otis era una tormenta tropical, pero el riesgo calculado era que se transformara en huracán, y se transformó. Dicen los meteorólogos que Otis, en unas cuantas horas, pasó de vientos de 64 km/h a vientos 270 km/h. La población no estaba advertida, no la prepararon, pues a pesar de que Otis se avecinaba como una tormenta tropical, sabían que podía golpear como huracán; pero le apostaron al daño menor.