La SCJN, una luz al final del tortuoso camino de la 4T

SCJN
Andrés Manuel López Obrador y Norma Lucía Piña Hernández FOTO: WEB

Como una suave brisa de aire sobre el rostro curtido por el viciado ambiente de las mentiras y ocurrencias del inquilino de Palacio Nacional, fue recibida la respuesta de la Suprema Corte de Justicia ante la intención de que la Guardia Nacional (GN) dependiera en su totalidad de las Fuerzas Armadas. La firmeza de los ocho ministros y su compromiso con la legalidad y respeto al Constitución se hizo patente, al negarle al Ejecutivo federal el gusto de que la GN pasara a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Desde luego que esta derrota ha calado mucho en el ánimo del presidente, según sus propias palabras, él sabía que la ministra presidenta Norma Piña había intentado negociar el tiempo para que esta pasara a la Sedena. Por lo que, le pidió a su paisano Adán Augusto «que ni siquiera les contestara el teléfono».

Esta acción se ha interpretado como una guerra declarada contra el poder Juridicial. De modo que el Ejecutivo federal tendrá que aguantar las resoluciones en contra de la 4T, ¡total! el terreno ya lo abonó el presidente.

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