Ya se nos hacía raro que Alejandro Iriarte Woodside se despidiera en sus redes sociales con este mensaje: «A todos durante tantos años, les agradezco muchísimo las muestras de cariño. Por causas de fuerza mayor voy a cerrar todas mis redes sociales. Ha sido una aventura increíble, pero todo tiene un fin y hoy me corresponde a mí decirles adiós. Gracias, ¡mil gracias!». Los medios afines a Maxine Woodside se conformaron con decir que el Nano Iriarte había muerto de un infarto fulminante.
El periodista Carlos Jiménez publicó la tarde del viernes, después de que corriera la versión de que el Nano había sufrido un infarto, lo siguiente: «INVESTIGA @FiscaliaCDMX MUERTE del HIJO de MAXINE WOODSIDE La Fiscalía en @AlcaldiaAO abrió la indagatoria por homicidio. Alejandro Uriarte estaba en su cama, con una lesión en la cabeza. Junto a él, hallaron una pistola y un cartucho percutido. Todo apunta a q él se disparó».
Por supuesto, se esperaba que la Fiscalía de la Ciudad de México diera a conocer algunos detalles sobre la muerte del hijo de Maxine Woodside. ¿Por qué intentaron ocultar lo del suicidio? Tal vez para que la muerte del hijo no quedara en el ostracismo. Pero eso no lo pudieron evitar.
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